Si tomamos como punto de partida el año de 2019, a pesar de que nuestra economía inició un periodo recesivo, ya que se registró un crecimiento negativo en el PIB, los ingresos tributarios mostraron un crecimiento de 4.6 por ciento nominal, apartándose de la tradicional dinámica que asocia o correlaciona la recaudación impositiva con el desempeño de la actividad económica en el país.
Es decir, los modelos econométricos que pretenden “explicar” la recaudación de impuestos en función del crecimiento en el PIB, los cuales arrojan un coeficiente positivo, superior a la unidad, habrían pronosticado que si el PIB decrecía, la recaudación de impuestos también lo haría, y en mayor proporción, por su coeficiente superior a uno.
Sin embargo, tal no fue el caso, y a pesar del crecimiento negativo de la economía, la recaudación de impuestos siguió creciendo, tanto en términos reales, como en proporción del PIB, situación que viene a ser explicada por los esfuerzos de fiscalización, y de mejor administración tributaria, fundamentalmente.
Ahora bien, si revisamos la evolución de la recaudación de impuestos en 2020, año donde la pandemia pasó su factura de manera generalizada en todos los países del mundo, no es de extrañar que a nivel internacional, la recaudación impositiva tuvo un retroceso generalizado, excepto en nuestro país, tal y como se ejemplifica en el siguiente Cuadro.
Crecimiento nominal en Ingresos Tributarios 2019-2020 Países Selectos.
Mucho se ha escrito sobre el escaso apoyo económico gubernamental que se transfirió a la planta productiva en México durante la pandemia, y en comparaciones internacionales, nuestro País se coloca en los últimos lugares, con un porcentaje de apoyos a la economía, como proporción del PIB, inferior al 0.2 por ciento, sin embargo, el cuadro anterior pone de manifiesto que los amplios apoyos gubernamentales otorgados en otros Países, no impidió la caída en la recaudación de impuestos, mientras que en México, siguió mostrando crecimientos positivos.
Si bien no hubo grandes apoyos a la planta productiva, es de destacar que se apuntalaron los principales programas sociales implementados por el Gobierno Federal, que aunados al importante incremento al salario mínimo al inicio del año, ayudaron a sostener el gasto de consumo de la población, situación que se vio reflejada en la recaudación del IVA, la cual creció en 2020 a una tasa de 2.3 por ciento en términos reales, mientras la economía caía en un 8.5 por ciento en términos reales.
La estrategia de enfocar los apoyos a la población, más que a la planta productiva, terminó dándole dividendos al Gobierno Federal, incrementando la recaudación del IVA en 2020.
Los continuados esfuerzos en la administración tributaria, y en el cobro de impuestos rezagados, de ejercicios anteriores, también rindieron frutos, y a pesar de la menor actividad económica, la recaudación del ISR también creció en 2020 en 0.9 por ciento en términos reales, haciendo quedar mal a los modelos de proyección basados en la elasticidad de la actividad económica a recaudación.
Sin duda, el desempeño recaudatorio post pandemia, trae enseñanzas que debemos incorporar al modelaje econométrico de los impuestos.
