Aprender a vivir con esta pandemia nos está costando… Todos estamos experimentando mayores niveles de estrés. Y, aunque un poco de estrés es saludable y manejable, estar expuestos continuamente a un alto nivel de estrés es, sin duda alguna, perjudicial.
El estrés crónico que esta pandemia ha generado en los últimos 18 meses ya nos está pasando la factura. Diversos empresari@s familiares reportan sentirse ansiosos, malhumorados y cansados. Algun@s también revelan haber sufrido alteraciones físicas, como la pérdida o aumento de peso, dolores de cabeza, dificultad para conciliar el sueño, problemas de memoria y concentración, y dolor muscular. Finalmente existe una minoría bastante desgastada que está manifestando comportamientos extremistas, como la inflexibilidad o la indiferencia ante los retos familiares o empresariales.
Algunas señales de que estamos cayendo en la inflexibilidad son la falta de tolerancia y la severidad al momento de evaluar a alguien o tomar de decisiones. Frases como “es así y punto”, “no voy a discutir”, y “no me interesan tus argumentos” son algunas pistas de desgaste—especialmente cuando se pronuncian a tan sólo 1 ó 2 minutos de comenzar una conversación.
La indiferencia, por otro lado, se demuestra dándonos por vencidos. Estamos tan cansados que ya no queremos ni pensar. Frases como “haz lo que quieras”, “resuélvelo tú, a mí no me preguntes”, “lo que la mayoría diga está bien” son actitudes que denotan hartazgo—llevándonos a proceder de forma irresponsable y negligente.
Lo anterior es preocupante porque nuestra capacidad de mantener el equilibrio mental, emocional y físico está directamente ligada a nuestro rendimiento, especialmente en la toma de decisiones estratégicas. Por ello es importante estar atento a las señales y buscar formas para combatir anticipadamente el estrés crónico.
Aquí te comparto seis consejos:
1. Cuida tu diálogo interno.
Manejar lo que te dices a ti mismo sobre la situación que vives es imprescindible. Darse ánimo y ver las cosas de forma positiva ayuda a sacar fuerzas. No puedes controlar el virus del Covid19, ni la política, ni la economía. Lo que sí puedes controlar son tus comportamientos, el riesgo que asumes y tus inversiones de tiempo, dinero y esfuerzo.
2. Genera momentos de alegría.
Para balancear las emociones negativas hay que generar, de manera intencional, emociones positivas. ¿Qué disfrutas hacer? Hoy más que nunca debes hacer tiempo para tener un hobby—un momento para ti. Desconectar de la rutina y ocupar tu mente en algo diferente hará que descanses. No te escudes en el trabajo para no hacerlo.
3. Duerme más.
Dormir al menos 7 horas ayuda al cuerpo y al cerebro a recuperarse del estrés. Cuando duermes el cerebro se recarga; el humor cambia y las decisiones se toman de manera más acertada. La falta de sueño produce fatiga, así como deficiencias en el autocontrol, la memoria y la velocidad de procesamiento de la información.
4. No leas tus mensajes de WhatsApp al despertar.
Concentra tu mayor nivel de energía en resolver los retos más relevantes—personales o profesionales—que estés enfrentando. En condiciones normales, uno rinde de 6 a 8 horas diarias. En condiciones de estrés crónico, el rendimiento puede bajar a 2-3 horas diarias cuando mucho. Usa tus mejores horas en resolver lo relevante, no lo urgente.
5. Minimiza el tiempo frente a la pantalla.
Pon límites al tiempo que pasas en la computadora, tablet, teléfono móvil. Date breaks constantes. Cuando no sea indispensable tener una reunión virtual, utiliza el teléfono convencional. Intenta leer libros impresos y escribir tus notas a mano.
6. Sustituye el café por el té negro o verde.
Nuestro organismo absorbe más rápidamente la cafeína en el café que en el té. Esto significa que el efecto estimulante del café se da prontamente y termina bruscamente (subidón y bajón). La cafeína en el té tiene un efecto más leve pero continuado. Adicionalmente, la acción relajante de la teína aporta mayor equilibrio al sistema nervioso.
Esto no es una carrera, es un maratón… Y el buen rendimiento requiere una preparación física, mental y emocional. ¡Trabaja en ella!