Rosa Nelly Trevinyo

Rosa Nelly Trevinyo: Cómo matar a la gallina de los huevos de oro

Poseer una empresa familiar, es un privilegio y una responsabilidad. Lamentablemente, las familias propietarias no siempre nutren, ni cuidan su patrimonio… Las razones de esta falta de conciencia pueden ser muchas. No obstante, las que terminan “matando a la gallina de los huevos de oro” (la empresa familiar) son:

1. Conflicto de Interés

Cuando los miembros de la familia empresaria tienen intereses personales, más que colectivos, lo más probable es que surjan conflictos de interés. Los conflictos de interés no son malos per se; lo malo es no saber manifestarlos a tiempo y gestionarlos de forma productiva. Si nos comunicamos de manera efectiva y eficaz—sin secretos o verdades a medias; y luchamos por enfrentar y superar los problemas, tendremos más oportunidades de negociar y encontrar una solución al conflicto de interés. En este punto, la capacidad de escuchar con ganas de entender y la voluntad para buscar el bien común son claves.

2. La Ambición y el Egoísmo

Las familias se desintegran y el patrimonio se destruye por la ambición y el egoísmo de unos cuantos. Estos vicios suelen derivar de la ignorancia y el deseo de poder. Y es que, mientras la ignorancia nos hace visualizar ganancias donde no las hay, la sed de poder (necesidad de mandar e influir) nos empuja a preferir poseer individualmente, a subyugar en vez de negociar y a “ordeñar” la empresa. Mantener unido el patrimonio sólo es posible cuando hay formación e información; empatía, transparencia, solidaridad y compromiso.

3. No Tomar Decisiones “Juntos”

Cuando una parte de la familia toma decisiones sin informar o cuando los miembros de la familia caen en el desinterés hacia la empresa familiar—les da lo mismo lo que suceda con ella, siempre y cuando genere dividendos, el futuro de la gallina de los huevos de oro está cantado… El conflicto familiar y empresarial se hará presente. Y es que, a nadie le gusta que, sin avisar, los demás jueguen con sus canicas (patrimonio)... y mucho menos, que les recorten sus ingresos (dividendos).

4. No Nutrir la Relación Familiar

Comúnmente dedicamos todas nuestras energías y recursos a hacer que la empresa funcione. No obstante, pocas veces planificamos cómo fomentar y nutrir la relación familiar. En las familias y en los negocios, la convivencia es esencial para conocernos, entendernos y ayudarnos. Si no nos interesa el otro, menos nos interesará su patrimonio... aún y cuando esté ligado al nuestro. En este escenario, no solo mataremos a la gallina de los huevos de oro, sino que destruiremos a la propia familia.

En conclusión: Si los miembros de la familia empresaria se van alejando entre ellos—si sus interacciones son cada vez menos frecuentes; si son arrogantes y desean ganar a toda costa; si no participan en lo que atañe al negocio y sólo se interesan en la repartición de utilidades, y si la indiferencia y el conflicto familiar son patentes, ¡cuidado! Puede ser que la gallina de los huevos de oro ya esté agonizando…

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La autora es socia de Trevinyo-Rodríguez & Asociados, Fundadora del Centro de Empresas Familiares del TEC de Monterrey y Miembro del Consejo de Empresas Familiares en el sector Médico, Turismo, Agroalimentario y de Retail.

Dra. Rosa Nelly  Trevinyo

Dra. Rosa Nelly Trevinyo-Rodríguez

Socia de Trevinyo-Rodríguez & Asociados, Fundadora del Centro de Empresas Familiares del TEC de Monterrey y Miembro del Consejo de Empresas Familiares en el sector Médico, Turismo, Agroalimentario y de Retail.

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