Hace ya más de 20 años que Clayton Christensen nos ilustró sobre los riesgos de “dormirse en los laureles” mientras que los incumbentes perseveraban hasta…... .dormirse en los mismos laureles. Y así.
Algo interesante del fenómeno descrito por Clayton es la recurrencia argumentativa inherente a la naturaleza del desarrollo científico, que pareciera es ajeno a la aceptación propia por las necesidades humanas: Maslow está presente y derriba gigantes.
ChatGPT (Chat Generative Pre-trained Transformer) es un chat “generativo” pre-entrenado a partir de método denominado “Transformer”. Veamos.
Un chat refiere a una interfaz entre la(s) computadora(s) y el usuario interesado en obtener un producto nuevo a partir, ya sea de ciertas especificaciones o simples preguntas o cuestionamientos. El producto nuevo puede ser un texto, una respuesta o una explicación, pero puede ser también una imagen o una ilustración.
Las respuestas generadas son el resultado de la implementación del método “Transformer” del cuál se derivan los algoritmos que posteriormente son programados en la(s) computadoras(s) con las cuales el usuario se comunica, por lo general - y por ahora - por medio de texto o referencia a otros objetos digitalizados.
El “Transformer” está compuesto de elementos de aprendizaje (profundo) que consume los miles de millones de datos correlacionados (y disponibles en internet) sobre los elementos más significativos provistos por el usuario en su cuestionamiento o requerimientos. Si el usuario le pide a ChatGPT que escriba un poema sobre la luz, ChatGPT buscará y resaltará en su respuesta elementos que hayan sido efectivos en consultas anteriores o con ejemplos que coincidan en sustantivos o adjetivos que permitan una exquisitez en la respuesta.
Otras herramientas generan imágenes nuevas a partir de requerimientos específicos: “dibújame un elefante bailando en una película de Buñuel” es algo que se le puede pedir a DALL-E.
La discusión reciente en torno al éxito publicitario de dichas herramientas se concentra en el verdadero valor (o amenazas) que pueden generar en la sociedad y en particular, en los ámbitos académicos y eventualmente en los legales.
Las herramientas utilizadas existen desde hace muchos años y han ido, ciertamente, evolucionado. El momentum que ahora vivimos radica principalmente en la gran cantidad de información que dichos sistemas pueden ingerir y procesar (aprender) para dar resultados que a muchos les son sorprendentes. Es cierto que dichas herramientas no habían ofrecido los mecanismos para que cualquier persona con un teléfono inteligente pudiera hacer experimentos y sorprenderse, por ende, los consumidores iremos decidiendo y ponderando el éxito o fracaso de los productos que tengamos a la mano.
Uno de los temas relevantes pareciera ser si dichos sistemas son inteligentes o no, pero ese debate está muy lejano del mundo de las aplicaciones y su uso. Ciertamente no es recomendable asumir - por ahora - que ninguna de dichas plataformas es ineludible o que su consejo es perfecto: nos dará respuestas coincidentes con su base de datos e información, pero difícilmente generará cosas más allá de lo humanamente concluyente con la misma base de datos. Aceptar dichas herramientas como la solución absoluta al entendimiento de la inteligencia pareciera ser todavía muy prematuro.
Las siguientes fases de dichos sistemas involucran la personalización y superespecialización, el uso de herramientas y métodos matemáticos más avanzados y poderosos cuya incorporación podrá ser instrumentada mucho más ráṕido que de la manera tradicional, la generación de diagnósticos quizás más precisos soportados por más información.
Desde finales del año 2022 y ni qué decir del arranque de este año, hemos atestiguado los despidos masivos justamente en las empresas que lideran casi de manera directa estas tecnologías soportadas con multimillonarios inversiones. Gran parte del personal que ha sido liquidado - me consta - tienen experiencia y las capacidades para incursionar en el desarrollo de ese tipo de nuevas empresas y productos. Y es muy posible que estos nuevos incumbentes, vengan a demostrar nuevamente la validez de las teorías de Clayton Christensen.