La incertidumbre económica tiende a limitar la iniciativa de independizarse para convertirte en tu propio jefe; sin embargo, podría ser el mejor momento para tenerlo en mente y hacerlo con una buena preparación.
La perspectiva es de un avance limitado en la producción mundial y con seguridad en algunos sectores habrá menos oportunidades laborales y salarios poco atractivos, sobre todo en un entorno de alta inflación. Esto se convierte en un gran motivador para explorar la posibilidad de generar tus ingresos.
El principal reto es operar con un costo fijo mínimo para lograr una viabilidad de corto plazo, además de contar con clientes que te permitan soportar el arranque.
No todo son malas noticias para los emprendedores. Hay circunstancias que se pueden aprovechar, pues en las crisis, las compañías buscan reducir sus costos y elevar sus ingresos y ahí entras tú.
Percíbete a ti mismo como proveedor y podría ser más viable trabajar por honorarios ofreciendo tus labores sin el compromiso de hacerlo con un solo patrón y convertirte en freelance como consultor o prestando un servicio especializado. Pregúntate de qué manera puedes ayudar a que sean rentables y eficientes; ese es un atractivo para tu contratación.
Otro enfoque es el de identificar problemas ¿En cuales puedes apoyar para su resolución, tanto a personas como empresas? Es decir, atender las necesidades del mercado.
Ya no se exige una enorme infraestructura para establecerte, porque el home office se considera ahora como eficiencia y dejas de requerir una instalación. Con un celular, una computadora y una buena línea de internet es factible hacer funcionar muchos negocios.
Si estás pensando en la venta directa al público la “share economy” te facilita la vida, al disminuir los costos de operación, como podría ser de la promoción, distribución y venta a través de redes sociales. Incluso existen conceptos novedosos como las “dark kitchens” para quienes entren al ramo de la comida.
En cuanto a la administración del negocio es importante que los separes de tus finanzas personales para tener la mayor claridad posible y la información suficiente para valorarlo. Si utilizas recursos de la casa, trata de contabilizarlos para que al menos sepas cuál es la evolución de tu actividad.
Dependiendo del caso, puedes involucrar a la familia y construir riqueza para todos. Lo importante es que se transforme en una experiencia memorable y grata, porque estarías sembrando la semilla del emprendimiento.
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