Mis Finanzas

Cinco reglas para valorar los ofrecimientos de negocios

Alberto Tovar te da cinco sugerencias para evitar caer en negocios de saliva que terminen en dificultades.

En la entrega anterior comenté en este este espacio sobre las 'inversiones de saliva' con un caso de un desarrollador inmobiliario, pero esta tendencia a querer deslumbrar con 'espejitos' es propia de muchas opciones de negocios, en donde se prometen grandes ganancias y terminan siendo fuertes dolores de cabeza en juzgados.

En contraparte, debemos reconocer que los negocios tienen una buena parte de expectativa y los rendimientos sobresalientes están en áreas en donde uno explora, como serían las startups, en donde el ingrediente de 'aventura' está presente.

¿Cuáles podrían ser las sugerencias para evitar caer en negocios de saliva que terminen en dificultades?

Regla número 1: nunca decidas rápido, aunque te presionen y te digan que la oferta es por ese momento. Si te insisten demasiado, huele mal.

Si dejas para después la resolución te da oportunidad de romper el componente emocional y te da tiempo para llevar a cabo las siguientes reglas.

Regla número 2: investiga a quien te ofrece el trato. Eso te dará una idea de con quién estás negociando y si cuenta con antecedentes adecuados. En caso de ser un total desconocido, pésimo el asunto.

Ahora con las redes sociales es relativamente sencillo encontrar información. La otra opción es hablar con una persona que pertenezca a su sector de actividad y obtener referencias.

Regla número 3: verifica los datos proporcionados y has un análisis de la oferta; cuando es exageradamente buena hay que determinar por qué. Busca la lógica del negocio; nadie regala y es probable que algo esté escondido.

En ocasiones, los datos tienen sesgo estadístico que ayuda a verse mejor de lo que es. Revisa los rendimientos de corto y largo plazos. ¿Cómo se calculan? ¿Cómo se garantizan? ¿Qué supuestos están implícitos?

Regla número 4: piensa cómo abandonarías la inversión si quisieras hacerlo. ¿Es fácil, difícil o imposible? Existen alternativas que se ven excelentes en el papel, pero con un nivel mínimo de liquidez o están a expensas de que un tercero de la autorización para retirarte.

Regla número 5: si decides entrar, inspecciona bien lo que firmas. Eso es lo importante, no lo que te hayan dicho.

Las palabras se las lleva el viento; el compromiso legal debe estar expresado en el contrato. Esto te dará herramientas para hacer aclaraciones y eventualmente reclamar lo que se incumpla.

¿Faltó alguna regla? Coméntame por Instagram: @atovar.castro

Alberto Tovar

Alberto Tovar

Economista, especializado en negocios y finanzas personales; certificado como coach de vida y equipos. Actualmente es el Director Regional de la Zona Norte de El Financiero. Ofrece conferencias, consultoría y coaching a organizaciones diversas.

COLUMNAS ANTERIORES

IA en el trabajo: ¿innovación o invasión?
‘Silver surfers’: más allá de los 40 en el trabajo

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.