Mis Finanzas

¿Con la soga al cuello con las tarjetas?

Alberto Tovar da algunas alternativas que puedes usar ante el riesgo del desbalance.

Pasado el Buen Fin, la Navidad, fiestas de Año Nuevo e inmersos en la cuesta de enero, es probable que te hayas extralimitado con el endeudamiento por medio de las tarjetas de crédito. Cuidado, un error es cumplir con el mínimo y tomar más crédito para cubrir los gastos normales. ¿Cuánto puede durar esta dinámica? Poco tiempo, luego viene el colapso.

El exceso de endeudamiento es frecuente e incluso grandes corporativos han tenido que enfrentarlo para evitar quebrar. Existen dos pasos básicos a considerar cuando se tiene la madurez de aceptar el riesgo del desbalance: deshacerse de activos y restructurar el pasivo.

Las tarjetas generan el mayor costo del mercado y dependiendo de cuál se tenga y del comportamiento del usuario, alcanzaría niveles superiores a 50 por ciento anual. Deberá de evaluarse vender bienes, como propiedades, membresías de clubes o artículos con valor de reposición. Es doloroso, pero habrá de afrontarse.

El otro camino es la reestructuración con tasas menores a un largo plazo. Las alternativas podrían ser las siguientes:

1.- Acercarse al banco emisor y buscar ahí mismo un refinanciamiento. Aunque es complicado hay que intentarlo como primer acción. De hecho, las instituciones tienden a empezar a negociar hasta que el caso pasa al departamento jurídico.

2.- Si cuentas con una buena calificación en el Buró de Crédito, puedes optar por un préstamo personal que sea a un mayor plazo con menores tasas, para con ello liquidar el saldo. Implica investigar y visitar sucursales, con la intención de elegir la mejor opción.

3.- Tomar un préstamo a través de la nómina de la empresa. Una práctica común es otorgar en "automático" un monto de tres meses del sueldo.

4.- También, algunos bancos, para atraer clientes, conceden la transferencia de deudas de otras instituciones y mandarlos a un lapso largo.

5.- La posibilidad de que familiares apoyen con un préstamo pagándoles un interés intermedio entre el costo del plástico y el rendimiento de un inversión. Así ambos ganan.

6.- Ten cuidado con las compañías que ofrecen arreglar tus pasivos porque no están reguladas y se han presentado fraudes.

7.- Finalmente y con creatividad, habrá una combinación de todas las opciones anteriores para salir del atolladero.

Es muy importante aprender del resbalón y evitar endeudarse más. Si el gasto es incontrolable, es preferible manejerse con tarjetas de débito.

Alberto Tovar

Alberto Tovar

Economista, especializado en negocios y finanzas personales; certificado como coach de vida y equipos. Actualmente es el Director Regional de la Zona Norte de El Financiero. Ofrece conferencias, consultoría y coaching a organizaciones diversas.

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