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¿Conviene comprar un auto usado?

La compra de un vehículo no es una inversión al haber una pérdida constante y debe valorarse en función del servicio que nos dará, la capacidad económica y el uso alternativo del dinero.

La sensación es muy agradable cuando uno saca un auto de la agencia… huele a nuevo; sin embargo, al pisar el asfalto de la calle se convierte en usado y pierde aproximadamente el 30 por ciento de su valor en el primer año, para luego reducirse entre un 10 y un 15 por ciento anualmente.

Una premisa es que, por sí sola, la compra de un vehículo no es una inversión al haber una pérdida constante y debe valorarse en función del servicio que nos dará, la capacidad económica y el uso alternativo del dinero.

Es fácil caer en la tentación de adquirir una unidad nueva porque el pago es 'cómodo' y te hacen perder la referencia sobre el costo total. Por ejemplo, te ofrecen pagar 5 mil pesos mensuales y en tu análisis dices, "sí puedo", pero será por 72 meses, lo cual equivale a 360 mil pesos con una alta tasa de interés. Al venderlo te percatarás que perdiste un monto importante de dinero.

Lo conveniente es ahorrar para cambiar de auto, utilizar el anterior como base y completar con el recurso propio. Si se decide optar por un financiamiento, que sea por la mínima cantidad posible. Con la pérdida de plusvalía y el costo del crédito es una suma considerable.

Con un vehículo usado se pierde menos plusvalía; claro, siempre estará presente el riesgo de comprar uno en mal estado en términos mecánicos e incluso legales. Se debe de tener ciertas cualidades como conocimiento y negociación.

Las alternativas más seguras con un sobreprecio sería ir a la sección de autos seminuevos de las agencias o también ya hay una opción en Internet y aplicación con Kavak que por el momento atiende en la Ciudad de México y el Estado de México.

Las tasas rondan entre el 14 y el 16 por ciento anual, más IVA, además de los costos asociados con la apertura. Como referencia, una 'buena inversión' andará alrededor del 8 por ciento sin riesgo, lo cual implica que estarás pagando cerca del doble de dicha tasa.

Quiere decir que entre menos financiamiento tomes y más rápido lo liquides mucho mejor; sólo cuida tu flujo, porque podría afectarte en el cumplimientos de tus compromisos cotidianos.

De hecho, el análisis es al revés de como lo hacemos. Con regularidad decidimos qué auto queremos y después vemos cómo lo pagamos. Es al contrario, en primera instancia debemos definir cuánto podemos disponer para el enganche y la mensualidad, para luego escoger el modelo que se ajusta a nuestros recursos.

¿Qué prefieres, nuevo o usado?, Coméntame en Instagram en @atovar.castro

Twitter: @albertotovarc

Alberto Tovar

Alberto Tovar

Economista, especializado en negocios y finanzas personales; certificado como coach de vida y equipos. Actualmente es el Director Regional de la Zona Norte de El Financiero. Ofrece conferencias, consultoría y coaching a organizaciones diversas.

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