Mis Finanzas

¿Quién te dijo que estudiar te haría rico?

Aunque una buena capacitación es útil para tener la posibilidad de un trabajo adecuado, se requieren otras características para llegar a un patrimonio más allá del estándar.

Un profesor decía en broma que trataba muy bien a sus alumnos con calificaciones de 80, porque eran quienes podrían darle empleo más adelante y concluía que "los de 100" con seguridad terminarían como él, de maestros; la cual no es precisamente una actividad en donde hagas una fortuna. Por supuesto, el comentario dista de ser una verdad absoluta, pero transmite una idea importante, la excelencia académica está lejos de "garantizar" la riqueza en forma automática.

Sin duda una buena capacitación es útil para tener la posibilidad de un trabajo adecuado y contar con los conocimientos básicos para emprender y en ese sentido es rentable; sin embargo, nos topamos con frecuencia a personas que no destacaron en la universidad o incluso con una baja escolaridad y han encontrado en los negocios una fuente de ganancias que superan con mucho las expectativas promedio de un ejecutivo.

Es fundamental entender que no existen recetas mágicas para el éxito económico, visto desde la perspectiva de ingresos elevados. En el extremo, tenemos casos como el de Steve Jobs quien abandona la universidad y se convierte en alguien que transforma al mundo con sus propuestas tecnológicas.

Se requieren otras características para llegar a un patrimonio más allá del estándar y tienen que ver con cualidades muy diferentes a la técnica. El tiempo dedicado al 'sueño' del negocio; la obsesión con la cual se trabaja para conseguirlo; los sacrificios por soportar; y los riesgos inherentes a una actividad emprendedora.

Un empresario exitoso me decía en una ocasión que para poder construir un buen negocio había que estar preparado a quebrar siete veces, refiriéndose al 'pago' para llegar a un nivel de bonanza.

Claro, esto provoca un alto estrés y genera secuelas. La fascinación por la riqueza y lograrla no conduce necesariamente a la felicidad, en donde hay otros valores a considerar y debemos de estar dispuestos para encontrar ese balance entre las metas financieras y personales.

Los estudios y el camino a la riqueza, a mi juicio, tienen esa mezcla que uno habrá de considerar entre la vocación, los gustos, la empleabilidad para recibir un ingreso que nos permite alcanzar nuestras objetivos; además de los deseos de obtener una fortuna con los costos que ello signifique.

Todas las mezclas son diferentes y dependen de ti; lo importante es estar consciente de las consecuencias de la elección.

Alberto Tovar

Alberto Tovar

Economista, especializado en negocios y finanzas personales; certificado como coach de vida y equipos. Actualmente es el Director Regional de la Zona Norte de El Financiero. Ofrece conferencias, consultoría y coaching a organizaciones diversas.

COLUMNAS ANTERIORES

IA en el trabajo: ¿innovación o invasión?
‘Silver surfers’: más allá de los 40 en el trabajo

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.