Los instrumentos de renta variable han sido los activos por excelencia en los últimos doce meses. Comenzando por la principal bolsa de valores de Estados Unidos, el S&P500, ha dado un rendimiento superior al 10 por ciento en lo que va del año 2021, y en general todas las bolsas del mundo desarrollado han mostrado un alza importante. En el caso de las economías emergentes, México lleva el liderato con un rendimiento del 10.8 por ciento en moneda local y 10.6 en dólares, muy lejano al 1.9 por ciento de los países emergentes.
El alza tan importante de los mercados de capitales (en tan sólo cinco meses se observan rendimientos de doble dígito) se explica por una abundante liquidez provista por la Reserva Federal, y también por los principales bancos centrales del mundo, que mantienen en niveles extraordinariamente bajos las tasas de interés, y programas de compra de activos sin precedentes; pero también se justifica por una perspectiva de recuperación económica muy vigorosa en Estados Unidos, aunque un poco más moderada en el resto de los países desarrollados.
En el caso de México, la perspectiva de crecimiento económico ha mejorado sustancialmente. Los pronósticos sobre la recuperación económica son cercanos al 5.0 por ciento. Y, el rendimiento que hemos visto en la Bolsa Mexicana de Valores no se había observado en muchos años, ya que el promedio simple de los últimos diez años asciende a 0.35 por ciento. Sin embargo, esta misma semana superó un nivel de 50 mil puntos, muy cerca del máximo histórico logrado en julio del 2017 en 51 mil 713.
A diferencia de la gran mayoría de las economías del mundo, México ofrece un descuento en términos de valuación en su principal mercado de capitales. En Estados Unidos todas las bolsas de valores cotizan por arriba de su promedio de los últimos cinco años, considerando el múltiplo Precio/Utilidad (P/U forward) incorporando los resultados de los siguientes 12 meses (22.2x); inclusive diversos agentes del mercado comienzan a señalar preocupaciones sobre la posibilidad de estar frente a una burbuja. Para las bolsas europeas, y para Japón sucede más o menos lo mismo, con múltiplos mayores a su promedio de los últimos años.
En México el múltiplo P/U forward se ubica en 15.2 veces, que es inferior al promedio de los últimos cinco años (17.4 veces). La subvaluación que ofrece el mercado mexicano parece no estar justificada. La perspectiva económica ha mejorado sustancialmente desde que comenzó el año, a pesar de políticas públicas poco amigables para la inversión privada, y las empresas han mostrado ser a todas luces resilientes. Para muestra un botón: los reportes del primer trimestre del año resultaron ser positivos, más que las ya optimistas estimaciones. Se han ligado tres trimestres consecutivos de crecimientos en ingresos y en utilidades. Sólo que en esta ocasión los resultados fueron muy superiores a las previsiones, en especial en la parte de las utilidades de operación en efectivo (EBITDA). De hecho, en varios sectores se observaron crecimientos de triple dígito a nivel utilidades. Además es notable la mejoría en casi todos los sectores de manera secuencial. Y a pesar de que las corporaciones han sido fuertemente golpeadas por la peor pandemia en los últimos 100 años han logrado expandir sus márgenes de rentabilidad y generar–en su mayoría– flujos positivos de efectivo.
El mayor apetito por estos activos comienza a ser evidente. De acuerdo con datos de Banco de México, durante el mes de marzo entraron al mercado de capitales mexicano flujos extranjeros por más de mil 372 millones de dólares, al tiempo que en abril se mantuvieron estables. Esta es la entrada más grande de recursos desde octubre del 2017 y representó cerca del 1.0 por ciento del saldo total.
Los mercados generalmente son eficientes, ante una perspectiva de cuantiosa liquidez, que continuará al menos el resto del año y valuaciones a descuento sin justificación aparente, es posible que nuestro mercado continúe al alza, aunque será de la mano de la trayectoria de las bolsas estadounidenses.