Directora de Análisis y Estrategia en Intercam Casa de Bolsa

Los tres escenarios de Banxico

La materialización de los escenarios del Banco Central está sujeta a mucha incertidumbre y hay riesgos; sin embargo, el de mayor probabilidad es de una 'V' profunda.

Esta semana se publicó el informe trimestral de Banco de México, y como se esperaba se revisaron sus pronósticos sobre el desempeño de la economía mexicana. Nuevamente y al igual que en el informe anterior, describe tres escenarios posibles dado el elevado grado de incertidumbre que persiste en el panorama derivado de la pandemia. Para la actividad económica, el organismo revisó dramáticamente a la baja sus pronósticos, y ahora en el escenario más 'optimista' (V) espera una contracción en la actividad económica de 8.8 por ciento. En el escenario de una V profunda, la economía caería de manera significativa pero se recupera con cierta velocidad, estima una contracción de 11.3 por ciento. Y para el escenario más negativo (U), en el que la economía tardará más tiempo el recuperarse, pronostica que la actividad de la economía podría caer 12.8 por ciento, mayor que la encuesta de especialistas de Banxico y la de Citibanamex, que en promedio esperan una contracción de 10 por ciento.

El primer escenario tiene bajas probabilidades de ocurrencia dado que ya estamos en el tercer trimestre del año –de hecho llevamos dos terceras partes del mismo– y los indicadores de actividad económica adelantada (IMEF) muestran que la economía sigue en terreno de contracción, aunque más moderada que el trimestre previo.

En el escenario más negativo (U), los choques de la oferta y la demanda persistirían durante todo el año, por mayores afectaciones del virus, así como la posibilidad de una segunda ola de contagios. En este escenario se contempla una recuperación muy modesta para 2021, de tan sólo 1.3 por ciento. Dada la importancia de nuestro comercio exterior con Estados Unidos, la recuperación de México bien podría aventajarse de la de nuestro vecino, cuyas expectativas son positivas. Tan sólo hay que observar el último dato de balanza comercial, que fue superavitario por segundo mes consecutivo. Además, de acuerdo con ciertos indicadores de actividad económica en Estados Unidos, se estima una recuperación de la economía para el tercer trimestre del año sumamente vigorosa, en la que se incluyen pronósticos de doble dígito. Se espera que dicha tendencia continúe hacia el último trimestre de este año y durante todo 2021. Adicionalmente, si bien no podemos descartar nuevas medidas de distanciamiento social, es posible que no veamos nuevos cierres en la economía, ni en México ni en Estados Unidos.

Es cierto que la materialización de estos escenarios está sujeta a mucha incertidumbre, y hay riesgos tanto al alza como a la baja, sin embargo, el escenario que tiene mayor probabilidad de ocurrencia es de una V profunda, en el que la actividad económica cae hacia el tercer trimestre del año y comienza a recuperarse hacia el último trimestre del año. En este caso la estimación para 2021 es un crecimiento en la economía de 2.8 por ciento.

Hay que recordar que en México, a diferencia de otras economías no se han implementado medidas de apoyo a las empresas y a las familias, por ello, la contracción esperada en el consumo será importante y es el factor determinante en la economía mexicana. A la fecha se han perdido más de un millón de empleos y, posiblemente, lo único que acabe por contrarrestar parcialmente el ingreso de las familias serán las remesas, que contrario a todos los pronósticos, han venido subiendo mes con mes. Por el lado de la inversión privada, la contracción será históricamente elevada, tan sólo a mayo la inversión fija bruta se redujo 39.7 por ciento. La suma de una demanda que se ha mantenido en contracción por cinco trimestres consecutivos, y la expectativa de que al menos tendremos uno más en terreno negativo hacen que la inversión se ubique en niveles de hace 25 años y con pocas expectativas para recuperarse hacia adelante.

En cualquier escenario, este año habrá sido el peor en materia de actividad económica desde 1932, arrastrado también por la falta de medidas efectivas de política pública tanto en materia fiscal como de salud de la actual administración.

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