Punto de encuentro

Lecciones para la izquierda: Reino Unido y Francia

Las ciudadanías globalizadas están mandando contundentes mensajes democráticos: si los gobiernos no dan resultados, la población buscará nuevas fórmulas.

El 2024 ha sido un año electoral decisivo a nivel global. Con un total de 66 elecciones programadas, estamos presenciando una ola de cambios que revela la dirección del mundo. En muchas regiones, los votantes se han decantado por posturas muy definidas y alejadas del centro. Como ejemplo están las recientes elecciones parlamentarias de Reino Unido y Francia.

El triunfo de la izquierda en ambos países, con contextos de migración y marcada desigualdad, nos deja ver, por un lado, un resurgimiento de la Europa progresista y por el otro, un fuerte rechazo a las políticas xenófobas y racistas.

En el contexto de las elecciones del Parlamento Europeo, el presidente Macron hizo una maniobra política para beneficiar a su partido —de franca derecha—, mediante la cual disolvió el parlamento y convocó a elecciones. Con ello no solo desató temores entre la población francesa, sino que logró un movimiento de izquierda que no había podido anticipar. La Francia Insumisa, el Partido Socialista, los Ecologistas y el Partido Comunista Francés aliaron sus fuerzas electorales con el objetivo de implementar políticas centradas en el bienestar social y formaron en coalición el Nuevo Frente Popular, mediante el cual la izquierda en este país tuvo un triunfo histórico.

De la misma manera, la izquierda en Reino Unido consiguió una victoria sin precedentes en el siglo XXI. Tras 14 años de gobiernos conservadores, el pueblo británico puso fin a las promesas incumplidas y se levantó con fuerza para exigir que el Estado por fin cubriera sus necesidades desatendidas.

El Partido Laborista ganó la contienda con una narrativa más de centro que de extrema izquierda, pues eliminó los elementos socialistas de su discurso para atraer a un segmento más amplio de la población. Estrategia política que se entiende al observar que, en algunas áreas donde ganaron los laboristas, el segundo lugar fue para el Partido Reformista del Reino Unido, que ideológicamente representa a la extrema derecha del país.

Esto es, si bien el país está dividido en los extremos y la izquierda inglesa optó por un discurso poco radical, lo cierto es que los números tan avasalladores de la victoria laboralista se explican por la exigencia de justicia social y la necesidad de una agenda política que combata las desigualdades tan marcadas en ese país, en particular en temas relacionados con la migración y la xenofobia.

Estos resultados tienen implicaciones más allá de las fronteras nacionales. La resurgencia de la izquierda en Francia y Reino Unido podría influir en las políticas de la Unión Europea, tanto para impulsar una agenda más social, como para provocar una reacción de la derecha en otros países europeos.

El triunfo de la izquierda europea fue fuente de esperanza para el descontento por desigualdad social que atraviesa el continente; no obstante, si los gobiernos triunfantes se entibian y no toman decisiones pensando en las mayorías, en las desigualdades y en las necesidades de la gente, el pueblo podría radicalizarse hacia la extrema derecha.

La polarización mundial es evidente. La división ideológica no se limita a países específicos o regiones políticamente contagiadas. Las ciudadanías globalizadas están mandando contundentes mensajes democráticos: si los gobiernos no dan resultados, la población buscará nuevas fórmulas. Para ejemplo, Argentina, donde la presidencia actual de extrema derecha de Milei está replanteando las políticas económicas y sociales como consecuencia del hartazgo de la ciudadanía respecto del gobierno nacionalista predecesor.

Escucho mucho el miedo social a la polarización política; sin embargo, me parece que ciudadanías politizadas con interés e involucramiento en la vida pública son el mejor antídoto para los malos gobiernos; y, si la polarización bien informada es consecuencia de ese involucramiento social, hago votos porque ese sea nuestro punto de encuentro.

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