Senador de la República
La OCDE, el G7 y el G20 trabajan proyectos para establecer un impuesto a empresas internacionales que ofrecen servicios digitales, a fin de evitar que acudan a paraísos fiscales para no pagar impuestos en los países donde no tienen presencia física.
Con el uso del Internet y las nuevas tecnologías, todos los días se realizan transacciones bancarias y financieras en línea, se llevan a cabo millones de interacciones sociales, ventas, estudios escolares a distancia, trabajo desde casa, entretenimiento e intercambio de información.
Es por ello que muchas empresas han tenido amplias ganancias que les han permitido crecer de manera exponencial, aprovechando las bondades de la economía digital y del comercio electrónico. Entre los beneficios se encuentran la facilidad de compra y venta de productos o servicios, la realización de operaciones las 24 horas del día en todo el año, sin desplazamientos a los lugares físicos.
Sin embargo, a pesar de los beneficios mencionados, algunas empresas a nivel internacional han aprovechado la falta de legislación regulatoria en la materia, para establecerse en países en donde las leyes fiscales tienden a ser menos rígidas, a los que en ocasiones se les llama “paraísos fiscales”.
La finalidad de usar estos paraísos es la de efectuar ahí sus operaciones financieras como pagos, cobros, facturaciones y transacciones, para no pagar impuestos en los países en donde ofrecen sus servicios o productos por no tener una presencia física. En este sentido, gran parte de los ingresos de estas empresas, se obtienen de mercados en donde no tienen presencia física, rebasando las disposiciones en materia de impuestos.
Es por ello, que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), durante varios años ha estado coordinando con 140 países negociaciones fiscales, a fin de acordar un impuesto mínimo corporativo global y emitir reglas para gravar servicios digitales.
El aprovechamiento de vacíos y discordancias en las normas fiscales, ha dado lugar al pago de cantidades pequeñas o nulas en concepto de impuesto de sociedades, además de pérdidas en la recaudación de los gobiernos, que la OCDE calcula que es de 100 a 240 mil millones de dólares.
En la misma línea, el Grupo de los 7 (G7) y el Grupo de los 20 (G20), se han sumado a este tema, por lo que han llevado reuniones para llegar a acuerdos que permitan concretar una nueva tasa mínima que se aplicaría a las ganancias corporativas de las compañías en el extranjero que ofrezcan servicios en naciones sin domicilio fiscal, evitando la ventaja de trasladar las ganancias sin pagar impuestos, poniendo en desventaja a las demás empresas que sí cumplen con sus obligaciones fiscales. En caso de llevarse a cabo los acuerdos, cada país ajustaría su legislación.
En México, durante las reformas fiscales de 2020 y 2021, se aprobaron medidas para que las empresas digitales pagaran impuestos como el IVA y el ISR, logrando un gran avance en el tema. Es importante mencionar, que incrementar la recaudación será fundamental para la reactivación económica posterior a la pandemia de Covid-19, pues los ingresos obtenidos podrían destinarse a los sectores de salud, seguridad y bienestar social en favor de las y los mexicanos.
Es por ello que, en el Grupo Parlamentario de Morena en el Senado bajo la coordinación del senador Ricardo Monreal, estaremos pendientes a los ajustes necesarios, con la convicción de escuchar las opiniones de todos los sectores.