Repensar

Latinos republicanos

Desde 1976, los votantes latinos han favorecido a los candidatos presidenciales demócratas y lo volverán a hacer este año. Sin embargo, en las tres últimas elecciones, la diferencia con los republicanos se ha reducido.

En México no tenemos muy claro cuáles son las características socioeconómicas de la población latina en Estados Unidos. Pensamos que en su gran mayoría son mexicanos, ilegales y pobres.

Esto fue cierto en alguna época, pero hoy es muy diferente. Casi la mitad son de otros países del continente y 80 por ciento tienen la ciudadanía o la residencia. De hecho, dos tercios vinieron al mundo allá y tres cuartos sólo hablan inglés. De los 37.2 millones de origen mexicano, la mitad nacieron allá y sólo unos cuatro millones no han regularizado su estancia.

Prácticamente todos los de la segunda generación ya superaron la pobreza y tienen un ingreso fijo. Han progresado económicamente más rápido que otras minorías y cada vez menos trabajan en actividades primarias. Sus niveles educativos ya están alcanzando a los de la población general. Tienen una expectativa de vida tres años mayor que la de los blancos.

Eso explica que sean uno de los sectores que más cree en el sueño americano, que las remesas que envían a sus familias crezcan continuamente y que no se agoten los incentivos para emigrar hacia allá.

En la medida en que han prosperado, han cambiado sus demandas políticas. Afortunadamente ya son menos los que reclaman igualdad salarial y condiciones laborales dignas. Ya no son tan necesarias las protestas de los indocumentados para poder obtener un trabajo, una licencia de manejo o acceso a los servicios sociales. Tampoco tienen que seguir luchando por la educación bilingüe. De hecho, hay miles de escuelas en las que más de la mitad de los alumnos y los maestros son latinos.

Lo que piden ahora es muy similar a lo que exigen las demás clases medias: empleos seguros, precios estables, vivienda accesible, seguridad en las calles y servicios públicos aceptables.

Lealtades políticas cambiantes

Desde 1976, los votantes latinos han favorecido a los candidatos presidenciales demócratas y lo volverán a hacer este año. Sin embargo, en las tres últimas elecciones, la diferencia con los republicanos se ha reducido. Como no son un bloque homogéneo, las razones son muy diferentes.

Estando tan enfocados en mejorar su situación económica y habiendo hecho tantos sacrificios para estudiar en un colegio vocacional o en la universidad, para trabajar arduamente y para iniciar pequeños negocios, tienden a simpatizar con la ideología de libre empresa de los republicanos.

En ese sentido es interesante constatar que Donald Trump logró incrementar el voto republicano entre los latinos en 2016 y 2020, y todo indica que lo volverá a hacer en noviembre. Algunos estudiosos vinculan ese fenómeno con el éxito que tuvieron en la teleaudiencia latina las temporadas del programa “El aprendiz”, conducido por el magnate. Ahí se veía cómo jóvenes audaces lograban un mejor empleo con base, únicamente, en el mérito.

Los latinos se destacan por su patriotismo. Aunque conservan su cultura de origen, ya se hicieron a la idea de quedarse para siempre en la Unión Americana. Se sienten agradecidos con esa nación porque los acogió, les permitió formar un patrimonio y les da buenas oportunidades a sus hijos. Les atrae el Partido Republicano porque es el que más apela al nacionalismo.

El 55 por ciento de los cubanos (ya en tercera generación) y el 46 por ciento de los sudamericanos apoyan al partido por sus posiciones anticomunistas.

Los latinos son también uno de los segmentos demográficos que más interés tiene en enlistarse en las fuerzas armadas. Hoy son el 16 por ciento de los que están en activo. La carrera militar garantiza ingresos permanentes y aunque estén poco tiempo ahí, mejoran su calificación laboral. Reconocen que los republicanos consistentemente han apoyado el presupuesto militar y la asistencia a los veteranos.

Culturalmente, los latinos tienden a ser conservadores y a dar gran importancia a la familia y a la comunidad. Se entienden bien por eso con los republicanos que defienden los valores tradicionales.

Originalmente la mayoría eran católicos, pero hoy más del 20 por ciento son evangélicos. En ambos grupos, pero sobre todo en el segundo, hay una oposición muy fuerte contra el aborto, el matrimonio homosexual y la reasignación de género en los niños. Son temas que crecientemente los republicanos han abanderado para obtener sus votos.

No les agradan las medidas migratorias extremas, como la separación de familias, pero están cansados de las promesas incumplidas de grandes reformas de los demócratas. Al igual que otros sectores, resienten la presión en empleos y salarios que produce la inmigración masiva y desordenada. Apoyan, por eso, las políticas duras de Trump.

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