Las Encuestas

Veda de encuestas

La regulación de encuestas por parte del gobierno es más notable en América Latina y en ciertos países de África.

Durante tres días previos a las elecciones, y a lo largo de la jornada electoral y hasta el cierre de las casillas, la publicación y diseminación de resultados de encuestas electorales está prohibida en nuestro país.

Desde hace algunos años este periodo de veda de encuestas coincide con el último día para hacer campañas electorales y actos de proselitismo político.

Anteriormente, la veda comenzaba siete días antes de las elecciones y variaba de entidad a entidad, con algunas de ellas más restrictivas que otras.

Prohibir encuestas electorales antes de los comicios también se hace en muchos otros países, no solamente México, y refleja la preocupación de que los resultados de encuestas pueden influir en el electorado.

Las organizaciones profesionales de encuestadores argumentan que la ciudadanía tiene el derecho a estar informada y que es mejor contar con sondeos y encuestas públicas con bases científicas y no sólo estar expuestos a rumores, los cuales predominarían ante la ausencia de información confiable.

Las asociaciones profesionales como WAPOR (Asociación Mundial de Investigadores de Opinión Pública, por sus siglas en inglés) y ESOMAR (Asociación Mundial, previamente Europea, de Profesionales de Investigación de Opinión y Mercado), han preparado, desde 1984, un reporte sobre las prohibiciones de publicación de encuestas en el mundo. Ya en una columna previa me había referido a dicho estudio en 2012 (Veda electoral, 3 junio 2016).

La versión más reciente del reporte es de 2017. Creo que vale la pena retomar algunas estadísticas que allí se ofrecen para poner el caso de México en perspectiva comparada.

El reporte, Freedom to Conduct Opinion Polls: A 2017 Worldwide Update (La libertad para realizar encuestas de opinión: Actualización mundial 2017), se basa en una revisión de 133 países (el reporte anterior de 2012 cubría 85 países) y está disponible en este enlace: https://wapor.org/publications/freedom-to-publish-opinion-polls/

Uno de los aspectos que se destacan es que en 60 por ciento de los países hay algún tipo de embargo o restricción a la publicación de encuestas electorales, y América Latina es la región donde se observan las mayores restricciones.

Por ejemplo, en Chile se prohíbe publicar encuestas hasta 15 días antes de las elecciones, según el reporte, mismo periodo que rige en El Salvador, Guatemala y Paraguay al momento del estudio. Pero hay países donde la restricción es todavía más amplia, como Bolivia y Honduras, donde se prohíbe publicar durante 30 días previos a las elecciones, y Panamá, con una veda de 20 días.

En Brasil, Perú y Venezuela la veda es de siete días, mientras que en Uruguay son cuatro, y en Argentina y Costa Rica, dos días. En Argentina se liberalizó porque era 15 días, pero en Brasil se amplió el blackout porque era de dos días.

Muchos países no tienen restricciones a la publicación de encuestas electorales, entre ellos Estados Unidos, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Países Bajos y Suecia. En otras democracias europeas sí hay alguna restricción, que va desde una veda leve, como Francia, con dos días, o Noruega y Portugal, con un día, hasta periodos de veda más restrictivos, como Italia (15 días) o Eslovaquia (14 días).

Los países donde no se realizan encuestas electorales son muy pocos, e incluyen a China, Arabia Saudita, Sudán, Marruecos y Vietnam (el reporte no ofrece datos para Corea del Norte y Cuba, pero también los incluiría yo en esta categoría de no encuestas).

Según el estudio, en 94 por ciento de los 133 países analizados sí hay presencia de encuestas electorales.

Las instituciones que más encargan la realización de encuestas son las que el reporte denomina grupos de interés (con 90 por ciento de los casos), seguidos por empresas privadas (84 por ciento), cadenas de televisión (81 por ciento), gobiernos nacionales (80 por ciento), partidos políticos (78 por ciento), periódicos y medios de comunicación impresos (77 por ciento), y gobiernos locales (60 por ciento).

La regulación de encuestas por parte del gobierno es más notable en América Latina y en ciertos países de África. En contraste, en Europa predomina la autorregulación, siendo solamente las asociaciones profesionales las que se encargan de monitorear y de poner normas y estándares sin ninguna intervención gubernamental.

Las encuestas enfrentan grandes retos (tanto metodológicos, como tecnológicos, logísticos, sociales, presupuestales, legales, políticos, entre otros), pero son, a la fecha, un fenómeno global estrechamente relacionado con los procesos político-electorales.

Queden estos datos para reflexionar sobre el valor de contar con la información de encuestas en una sociedad democrática.

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