Las Encuestas

Primer debate: expectativas

Por su liderazgo en las encuestas, es esperable que Claudia Sheinbaum salga a administrar su ventaja; como principal retadora, es posible que Xóchitl Gálvez sí lance varios ataques.

Este domingo es el primer debate entre las candidatas y el candidato a la presidencia de la República. Permítame delinear algunas expectativas.

1. Estrategia y tácticas. Por su posición de liderazgo en las encuestas, es esperable que Claudia Sheinbaum salga a administrar su ventaja, a evitar errores y a no engancharse en posibles provocaciones de sus oponentes. Su línea argumentativa natural es la continuidad de la transformación o, como ella le llama, la construcción del segundo piso de la 4T.

Aunque es poco probable que ella los inicie, sí es factible que Sheinbaum responda ataques con ataques. Puede aprovechar la mala imagen de los partidos que postulan a su principal contrincante; aunque cualquier crítica personal, por más que guste a sus bases, podría tener efectos adversos entre electores menos comprometidos con la 4T. En general, creo que la campaña negativa informa, pero suele rechazarse cuando se percibe como alevosa. En política, hasta la descalificación requiere tacto.

Como principal retadora, es de esperarse que Xóchitl Gálvez sí lance varios ataques en sus participaciones, pero hay que considerar que: 1) el balance entre críticas y propuestas es importante; 2) el tono de las críticas puede tener un efecto contrario al esperado, y 3) ambas candidatas podrían ser objeto de ataques desde la esquina naranja.

Será interesante ver en quién enfoca Xóchitl sus ataques, en AMLO y su gestión, o en la candidata oficial y su propio récord como gobernante. Lo segundo podría tener más punch para provocar a Sheinbaum, pero la atención se pondría en su gestión en la CDMX y no en el cargo al que aspiran: la Presidencia.

Jorge Álvarez Máynez podría enfrentar una polarización por la que ya pasó su correligionario en el debate de CDMX, cuando la ironía de las palomitas no dejó buena impresión. Si acaso el candidato espera indiferencia de las punteras hacia sí, tendrá que responder con seriedad y propuestas. No obstante, a diferencia del debate en CDMX, creo que ambas candidatas darán un mayor reconocimiento al tercero en discordia, de manera que no transmitan una imagen de exclusión.

Cualquiera que sea la dinámica, sí es esperable una serie de ataques de parte de Álvarez Máynez. El asunto es que la crítica no siempre es redituable: la encuesta reciente de EL FINANCIERO indica que el emecista es la opción que se percibe como la más negativa de las tres y la única que no avanzó en el primer mes de campaña, ni en preferencia ni en imagen. Veremos si el primer debate cambia su suerte.

2. Temáticas. Por acuerdo ante el INE, los temas de este primer debate serán la educación, la salud, el combate a la corrupción y la transparencia, y la no discriminación, grupos vulnerables y la violencia contra las mujeres. La reciente encuesta de EL FINANCIERO ubica a la corrupción, la salud y la educación como los temas 3 y 4 en las prioridades del electorado nacional, con la corrupción arriba de la educación y la salud, aunque detrás de la inseguridad y la economía, que son los temas 1 y 2 en orden de importancia.

En esos temas, creo que las tres candidaturas traen una buena carga de propuestas y de municiones, pero la que más chispas podría sacar es la de corrupción, una de las banderas de la campaña obradorista de 2018.

3. Desinterés y ganadores. La encuesta nacional de EL FINANCIERO realizada en marzo indica que apenas 18 por ciento de las personas entrevistadas dijo estar muy interesada en ver o escuchar el debate presidencial. Otro 36 por ciento dijo estar algo interesada.

Interés

Los públicos muy interesados son principalmente partidistas duros que ya decidieron su voto, según revela la encuesta. Entre apartidistas e indecisos, el interés en el debate es mucho menor. Por eso, creo que el debate en sí es poco probable de cambiar las tendencias, pero sí de influir en el ambiente informativo posterior.

Es de esperarse que las tres opciones se autoproclamen como ganadoras del debate, y habrá alguna que otra encuesta inmediata que abone a ello. Pero, de haberlos, los efectos del debate no se verán de inmediato; toman tiempo. Quizá las encuestas de la segunda mitad del mes nos permitan ver si se mueven o no las agujas. Por lo pronto, esperemos que la ciudadanía, el electorado, sea la ganadora del debate al poder informarse y contrastar a las opciones que buscan presidir el próximo gobierno.

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