Desde San Lázaro

2020, peor que 2019

Con un gabinete inepto, salvo honrosas excepciones y con demasiados frentes abiertos, se observa una panorama crítico para 2020.

La irascibilidad del presidente López Obrador no solo se refleja en que ahora despotrica contra todo lo que siente que es una amenaza para su proyecto, sino que contamina las decisiones de gobierno al obstinarse en mantener la estrategia de seguridad y su 'política económica antiliberal' que aleja cada vez más las inversiones y complica el escenario, a grado tal de advertirse irremediablemente la presencia de una recesión económica.

Cero crecimiento y ahora con los ojos del mundo puestos en un gobierno de izquierda que ha sido un fracaso y que encuentra su espada de Damocles en la inseguridad que ya lacera a mexicanos y extranjeros sin distinción, pues se acota su margen de maniobra.

La masacre a la familia LeBarón es tan solo la punta del iceberg de un monstruo que agrede cotidianamente sin que autoridad alguna lo enfrente con eficacia.

La piedra angular del nuevo régimen son las mañaneras con las que, hasta hace algunas semanas, se podía manipular a los adeptos y contener a los adversarios; sin embargo, desde la capitulación del gobierno a manos de Ovidio Guzmán y la tragedia de Chihuahua, pues AMLO enfrenta su primera gran crisis.

Algunos medios de comunicación, las redes sociales, las Fuerzas Armadas y la comunidad internacional han emergido a la palestra para ejercer un contrapeso de tal envergadura que no solo ha sacado de sus casillas al presidente, sino que ha quedado en evidencia su incapacidad para gobernar.

Los desafortunados y lamentables sucesos de Culiacán y Chihuahua han significado un parteaguas en los niveles de aceptación que tiene AMLO ante la opinión pública y más allá, se ha caído el telón de una obra que auguraba éxito.

Se han salido las cosas de control y cuando la demagogia y la manipulación de la opinión pública no alcanzan para cubrir la incompetencia, pues queda al descubierto la pequeñez del gobierno de la 4T.

Con un gabinete inepto, salvo honrosas excepciones y con demasiados frentes abiertos, se observa una panorama crítico para 2020.

Sin filias ni fobias y analizando las perspectivas económicas y en materia de seguridad para el próximo año, no existen argumentos de peso para ser cautelosos en los pronósticos.

El Paquete Económico 2020 está anclado por alfileres a dos variables que son inestables y con tendencia negativa: los ingresos petroleros y la captación tributaria, ambas son fuentes principales de ingreso que tendrán necesariamente que ser ajustadas a la baja conforme avance el próximo año.

Las recomendaciones de organismos internacionales como Morgan Stanley de alejarse del peso y de los bonos mexicanos son escuchadas por los inversionistas y los mercados, y si a ello le sumamos el desastroso fracaso de la estrategia de seguridad del gobierno, pues no hay forma de enmendar la plana.

Inmersos de lleno en la elección presidencial de Estados Unidos y con el gobierno de la 4T apoyando a 'fuerzas' a Donald Trump en sus aspiraciones por la reelección, tendrá AMLO otra cadena al cuello que no solo presionará en el tema migratorio, en la construcción del muro, sino también con el discurso intervencionista.

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