Desde San Lázaro

Reprobados todos los partidos políticos

Todos los partidos políticos deben tomar los resultados como un punto de inflexión para corregir los errores y reconocer que ninguno fue capaz de mover al grueso de la población.

A mayor abstencionismo, más posibilidades de que el partido en el poder triunfe en las elecciones, esta fue otra de las lecturas de los pasados comicios y es una constante que se repite hasta la saciedad.

En contraparte, cuando se desborda el ánimo colectivo por un cambio, ocurre la alternancia en el poder.

Las victorias presidenciales de Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador respondieron a esta lógica que seguramente se mantendrá para 2024.

En la medida que el deseo de participar para lograr un ‘cambio radical’ se incremente entre la población, aumentarán las posibilidades de que triunfe la oposición; en cambio, si el conformismo, la desidia o incluso la satisfacción sobre las condiciones por las que transita el país predominan, pues se mantendrá en el poder el grupo gobernante.

Los resabios de la elección del domingo muestran que en términos nominales, el PRI, PRD, PT y PVEM están por perder sus prerrogativas estatales al no alcanzar el 3 por ciento de la votación local.

Además de que el abstencionismo fue alarmante en Oaxaca, con 62 por ciento; Quintana Roo, 59 por ciento; Aguascalientes, 54 por ciento; Hidalgo, 52 por ciento; Durango, 49 por ciento; y Tamaulipas con 46 por ciento, porcentajes que deberían tener preocupados a los políticos y no en una embriaguez total.

Los aires de triunfalismo y soberbia han rebasado al líder nacional de Morena, Mario Delgado, y a otros miembros connotados de la 4T, empero ese desbordado optimismo debería frenarse en virtud de que la ‘operación triunfo’ que llevaron a cabo en Aguascalientes y Durango, fue un total fracaso, más para Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López, quienes se involucraron ‘personalmente’ para que los candidatos de Morena se alzaran con la victoria.

Por eso hemos dicho en otra colaboración que Morena ya alcanzó su techo y a partir de los próximos comicios en el Estado de México y Coahuila, vendrá el declive que pondrá en riesgo su permanencia en el poder a partir de la elección presidencial de 2024.

Con todos los recursos públicos a su alcance, el apoyo del crimen organizado, la participación descarada e inconstitucional de funcionarios del gobierno de la 4T y el respaldo de los gobernadores en funciones, quienes traicionaron a sus partidos políticos; no pudieron lograr el 6x6, menos lo harán en la entidad mexiquense que, por cierto, tiene el mayor padrón electoral del país.

Todos los institutos políticos deben tomar los resultados como un punto de inflexión para corregir los errores y reconocer que ninguno fue capaz de mover al grueso de la población.

Ni Morena, ni el PAN y menos Movimiento Ciudadano pudieron motivar al electorado de las seis entidades en donde hubo elecciones, no obstante de que al inicio de las campañas había cierta expectativa por salir a votar, empero, entre la guerra sucia y el escaso nivel de propuestas serias, amén de la amenaza del crimen organizado, se fue desinflando el interés por participar.

Tanto panistas como priistas deben ponderar seriamente la necesidad imperiosa de cambiar a sus dirigentes nacionales, ya que Marko Cortés y Alejandro Moreno, por diferentes razones, no están a la altura de las circunstancias para enfrentar al partido en el poder en las elecciones de 2023 y 2024.

Desde luego, las luchas intestinas van a corroer las entrañas del PAN y del PRI, pero, insistimos, debe darse una transición democrática hacia nuevos liderazgos que resulten con más poder de convocatoria entre la militancia y el electorado.

Está claro que mientras no surja un gran liderazgo de algún personaje emanado de la sociedad civil, la oposición debe mantenerse cohesionada, incluso con la incorporación de Movimiento Ciudadano.

Dante Delgado, el líder virtual de MC, ha insistido hasta el cansancio que ellos van solos en la presidencial, aunque reconoció que si los demás partidos se suman a apoyar a su candidato, serán bienvenidos.

En esta lucha de orgullos estúpidos se deben privilegiar por encima de los proyectos personales y grupales, el interés del grueso de la población.

Todos los partidos políticos han sido reprobados por sus nimios resultados alcanzados en la jornada electoral y lo peor que pueden hacer es no reconocer esta triste realidad.

Morena, el ganador, está sentado en un polvorín que en cualquier momento va estallar por las severas divisiones que existen al interior, provocadas en buena medida por Mario Delgado que no ha aprovechado la posición para sumar voluntades; por el contrario, se ha encargado de dinamitar los frágiles equilibrios que existen entre los diversos grupos de poder que conviven en el partido.

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