Desde San Lázaro

Clausura a la refinería y termoeléctrica de Tula

Claudia Sheinbaum y la pandilla de ineptos escudados en la Came deberían promover la clausura de la refinería y termoeléctrica de Tula.

En lugar de castigar a 1.7 millones de automóviles, aunque sean nuevos, con la arbitraria medida de prohibir circular por las contingencias ambientales, Claudia Sheinbaum y la pandilla de ineptos escudados en la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came), deberían promover la clausura de la refinería y termoeléctrica de Tula que, desde que gobierna la 4T, ha aumentado la contaminación con la quema incesante de combustóleo.

Tanto la central termoeléctrica como la refinería de Tula, ubicadas en Hidalgo a 12.1 kilómetros de la CDMX, son las centrales más contaminantes y dañinas para la salud que existen en el territorio nacional, ya que ambas centrales emiten 33 veces más dióxido de azufre (SO2) que todo el Valle de México en su conjunto, y contribuyen al aumento de partículas suspendidas (PM2.5) por lo que representan una grave amenaza para la salud.

Desde luego, el problema lo genera Manuel Bartlett, director general de la CFE, con decisiones que privilegian la quema de combustibles fósiles en lugar de promover las energías renovables, todo ello, en aras de revertir el desastre administrativo que padece esa empresa productiva del Estado.

El combustóleo se debe sustituir por gas para reducir las enfermedades respiratorias, sin embargo, lejos de revertir el problema lo agravan con el empecimiento de continuar causando un daño irreversible a quien respira el material particulado con el bióxido de azufre, que pasa al torrente sanguíneo para agravar las enfermedades pulmonares.

Tan solo este año, la jefa de Gobierno ha apoyado la prohibición de circular en seis ocasiones con el programa Doble No Circula, castigando incluso a aquellos propietarios de automotores nuevos.

Los principales causantes de la grave polución de la zona metropolitana del Valle de México son la refinería y la termoeléctrica de Tula y las malas políticas públicas, si es que las hay, que ha implementado Claudia Sheinbaum.

Los habitantes de la gran metrópoli no solo tienen que padecer la ineptitud de las autoridades, sino también de severos daños en su salud, al tiempo de restringirles su movilidad y libertad para transitar, y lo más grave es que el problema de la contaminación se acentuará, mientras permanezcan en sus cargos Manuel Bartlett y la señora Sheinbaum.

En lugar de distraerse con una eventual candidatura presidencial, que a la postre está perdida, debería la exdelegada de Tlalpan avocarse al cien por ciento en sus responsabilidades, tarea que le serviría más para lograr sus propósitos, en vez de andar promoviendo candidatos a gobernadores y que a la postre resultaron derrotados, tal como sucedió en Durango y Aguascalientes.

De acuerdo con la información publicada en Petroquimex, la revista de la industria energética, el complejo industrial de Tula ocupa el segundo lugar entre 500 empresas en México, Canadá y Estados Unidos en emisiones de SO2, señala un documento que ha sido difundido por organizaciones ambientalistas.

Adrián Fernández, de Iniciativa Climática de México, aseguró que la actividad de las plantas ha contribuido significativamente en el deterioro de la calidad del aire en la megalópolis del Valle de México, formado por municipios de Ciudad de México, Estado de México e Hidalgo.

El Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire (OCCA) solicitó a la Secretaría de Energía (Sener) y a la CFE que se comprometan a poner en marcha, de forma inmediata, un plan que permita dotar de suficiente gas natural a la planta termoeléctrica para que pueda operar en un 100 ciento con este combustible.

Demandó también cancelar de manera definitiva el uso de combustóleo en la planta, para mejorar la calidad del aire en la región de Tula-Tepeji y de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).

“Ejercicios de modelación de la dispersión de contaminantes y de la calidad del aire, han mostrado que los impactos en los niveles en superficie de SO2 en la ZMVM están fuertemente ligados a los patrones de vientos predominantes provenientes del complejo de Tula”, explicó un comunicado firmado por Greenpeace, Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) y Plataforma México Clima y Energía (PMCE).

Las organizaciones ambientalistas, con las autoridades del medioambiente federal y local, deberían clausurar de inmediato el complejo petroquímico de Tula y con ello preservar la salud de millones de mexicanos que viven o transitan en el Valle de México.

Es de tal nivel la peligrosidad de las emisiones de azufre y de partículas suspendidas, que los daños en la salud están documentados y cuantificados; sin embargo, nadie hace nada para evitar el impacto de la contaminación.

Vamos, hasta la CNDH, presidida por una Piedra, podría emitir una serie de recomendaciones a la CFE, al gobierno capitalino y a la Secretaria del Medio Ambiente, para que en sus ámbitos de competencia preserven los derechos humanos de la población afectada por la grave contaminación que generan la refinería y la termoeléctrica de Tula.

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