El desplome de Delfina Gómez en las encuestas es inercial y eso que, con su destape adelantado, se preveía que repuntara, sin embargo, entre los mismos morenistas no gustó el modo, ni el desplazamiento de los liderazgos locales, como el del senador Higinio Martínez y Fernando Vilchis de Ecatepec, entre otros, con su nominación, además de que los negativos que arrastra la extitular de la SEP son más altos que cualquiera de sus eventuales contrincantes.
Como se recordará, el pasado 22 de enero de este año, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirmó la sanción a Morena por el esquema de financiamiento con recursos de los trabajadores del ayuntamiento de Texcoco, Estado de México, durante la gestión de Delfina Gómez, quien se desempeñaba como alcaldesa y desde esa posición instrumentó el descuento ilegal para apoyar a ese partido político.
El más reciente sondeo de El Financiero sobre las preferencias electorales en el Estado de México, da cuenta de una caída de Morena y sus aliados de tres puntos porcentuales con respecto al mes de julio, frente al bloque aliancista conformado por el PRI, PAN y PRD, aunque es menester señalar que la muestra del estudio demoscópico está muy acotada para considerar que esa sea la tendencia generalizada en las preferencias electorales de los mexiquenses, ya que en estos momentos, las simpatías están divididas.
Dice la encuesta en cuestión que Morena, PT y PVEM lideran las preferencias electorales con 46 por ciento de apoyo, tan solo seis puntos por encima del bloque opositor.
Prevalecen importantes diferencias en torno al valor político y electoral de Juan Zepeda, eventual candidato de MC, ya que a pesar de perder las últimas tres elecciones en las que ha participado recientemente, dos de ellas en su natal Nezahualcóyotl, en la encuesta referida se le otorga 19 puntos porcentuales, mismos que tienen Ana Lilia Herrera y Enrique Vargas, lo que es, por decirlo de forma elegante, poco creíble.
En cualquiera de los casos, todos los indicios dan cuenta de que el priismo mexiquense está fuerte, y si se logra consolidar la alianza opositora se conformará un trabuco muy difícil de vencer.
Claro, para nadie es un secreto que el candidato aliancista se enfrentará contra todo el poder del Estado, al tiempo de que se intentará de todo, incluso más allá de los que ha ocurrido en otras elecciones estatales en donde hay claras evidencias de la participación del crimen organizado y de los gobernadores en funciones, quienes a pesar de pertenecer en la mayoría de los casos al PRI, traicionaron a la causa, con tal de salvar el pellejo y ser premiados con un cargo diplomático.
Hemos dicho en este espacio que si las elecciones en Edomex fueran limpias, el PRI mantendría el poder, empero, ello no sucederá y por eso se vislumbra un panorama incierto en cuanto a los resultados finales.
Por qué decimos que será desaseada la elección por parte del gobierno de la 4T y sus rémoras, simple y sencillamente debido a los recursos monetarios y la campaña negra que se avecina contra la candidata de la alianza y del gobernador Alfredo del Mazo.
El mandatario estatal se verá obligado a decidir si mantiene la tradición de la estirpe, ya que su abuelo y su padre fueron gobernadores priistas de esa entidad, o si de plano entrega la plaza a cambio de prebendas, canonjías e incluso impunidad.
Para nadie es un secreto la comunión que existe entre el gobernador y el presidente de la República, y esa extraordinaria relación personal hará que mientras Del Mazo se comporte dentro de los márgenes de la ley en cuanto a la operación política de la campaña de la alianza, el presidente López Obrador hará todo lo posible para que Delfina Gómez conquiste el principal bastión del priismo y con ello enfilarse para que Morena refrende su triunfo en la elección presidencial de 2024.
Tanto el mundo político como el empresarial están muy pendientes de lo que vaya hacer Alfredo del Mazo y, por ello, están a la espera de ese comportamiento para echar toda la carne al asador.
Esperarán a ver a quién selecciona como candidata del PRI, ya que si se decide por la menos competitiva, es decir, Alejandra del Moral, pues diremos que la señal es inconfundible para afirmar que las cartas están echadas para entregar el poder a la oposición, con el pretexto de que el PRI nacional, léase Alito y su descrédito, fue la causa de la derrota tricolor.