Desde San Lázaro

Temor de AMLO por perder Edomex

Posibles padecimientos cardíacos de la extitular de la SEP es una de las razones que han impulsado la incorporación de Horacio Duarte al equipo de campaña de la texcocana.

La dimisión de Horacio Duarte a la Agencia Nacional de Aduanas de México responde principalmente al temor fundado de que Morena y sus rémoras vuelvan a perder la oportunidad de ganar la elección de gobernador del próximo año, como ya ocurrió en 2017, cuando Delfina Gómez cayó derrotada ante Alfredo del Mazo.

Las versiones de que la extitular de la Secretaría de Educación Pública padece de males cardíacos y que incluso compromete su salud; más la caída en las encuestas, son algunas de las razones que han impulsado la incorporación de Horacio Duarte al equipo de campaña de la texcocana, ello, sin descartar que podría haber un relevo en la candidatura de Morena para buscar apropiarse de uno de los dos últimos bastiones del PRI, el otro es Coahuila.

De hecho, Duarte podría desplazar a Delfina de la candidatura y con ello desplegar una campaña negra contra sus adversarios, impulsada incluso con grupos que operan al margen de la ley.

El presidente López Obrador va a meter toda la carne al asador para garantizar el triunfo electoral en el Estado de México, en virtud de que ello le abre el abanico de posibilidades para que su proyecto político trascienda más allá de 2024.

En los corrillos mexiquenses cada vez se fortalece la versión de que Horacio Duarte tiene lazos con personajes de dudosa reputación que operan en varios municipios del Edomex, entre ellos Valle de Bravo, y que las áreas de inteligencia del Ejército tienen perfectamente documentados.

Tal como sucedió en otras entidades en donde hubo elecciones, tanto en 2021 como en este año, en donde la injerencia del crimen organizado fue definitiva para que Morena y sus candidatos ganaran la elección, se vislumbra que en el Estado de México pueda ocurrir lo mismo.

La dupla Delfina-Horacio, si bien se vuelve más competitiva, también trae consigo fuertes compromisos y riesgos, precisamente, porque ya en el gobierno tienen que pagar las facturas correspondientes.

No crea, estimado lector, que la operación política-electoral para ganar en esa entidad entrará en funciones cuando empiecen formalmente las campañas políticas en marzo de 2023, para nada, de hecho ya empezó con la instalación de varias decenas de espectaculares en los principales municipios mexiquenses en donde se lee el siguiente mensaje: ¡”Ya se van… Los corruptos de siempre… Es tiempo de Morena”!

Desde luego, en la estrategia para ganar el Estado de México, sin duda, está considerado cooptar al primer priista de esa entidad, ya sea con un cargo diplomático o con impunidad y prebendas o con lo que sea, lo relevante es que, tal como lo hicieron con varios gobernadores priistas, Alfredo del Mazo apoye el proyecto político del presidente López Obrador.

A lo mejor por eso el mandatario mexiquense se fue al Vaticano para entrevistarse con el papa Francisco y pedirle consejo sobre su futuro proceder, en el entendido de que tiene que respetar y preservar el ilustre apellido que porta.

Si la estirpe Del Mazo ha gobernado por tres generaciones, distinción que no tiene antecedentes en México, por qué no se va a dar el caso que el último de esa generación de gobernadores entregue el poder a la oposición, sobre todo si tiene el pretexto perfecto para que ello ocurra, el traidor que lleva el apelativo de Alejandro Moreno, líder nacional del PRI.

Aquellos que conocen bien a Alfredo del Mazo, aseguran fehacientemente que no hará entrega de plaza, ni nada que se le parezca, al contrario, hará todo lo legalmente posible para que el PRI se mantenga en el poder.

En esa lógica se entiende que no esté dejando nada a la deriva, de hecho participa en las pláticas con los liderazgos nacionales y locales del PAN y del PRD, para consolidar la alianza electoral, al tiempo de ponderar al detalle, el perfil de las candidatas que podrán encabezar esa coalición, como es el caso de Ana Lilia Herrera, Alejandra del Moral y Laura Barrera.

Decíamos que hay fundado temor del presidente López Obrador por perder esa elección y por ello lanzó al ruedo a Horacio Duarte y tratará de hacer lo mismo con otros personajes, aunque hay que decirlo, hay algunos morenistas como el senador Higinio Martínez que, de dientes para afuera, apoyan a Delfina Gómez, pero en su interior están muy dolidos por el maltrato sufrido en el proceso interno.

El miedo no anda en burro, reza el dicho popular, y ello se aplica perfectamente con el partido oficialista y su líder moral, ante la posibilidad real de no gobernar el estado con el mayor padrón electoral del país.

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