No entienden los ingenuos, por decirlo de forma elegante, Marko Cortés y Jesús Zambrano, líderes nacionales del PAN y del PRD, respectivamente, así como los coordinadores parlamentarios de esos partidos, de que Alejandro Moreno tiene pacto con el presidente López Obrador, para avalar las reformas constitucionales que se presenten al Congreso, sobre todo la relativa a la reforma electoral y por esa sencilla razón los volverá a traicionar a la hora de votar para alcanzar la mayoría calificada.
La impunidad alcanzada por el líder tricolor, le ha permitido librar el desafuero y por ende la cárcel y a cambio de ello, vendió su alma al Diablo.
Claro, existe la posibilidad de que este personaje también traicione al presidente y se envuelva en la bandera para frenar la reforma electoral que busca aniquilar las posibilidades de la oposición por acceder al poder, aunque esta posibilidad es remota, pero no imposible para un traidor por antonomasia.
Los audios y mensajes clandestinos dados a conocer por la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, pintan de cuerpo entero a Alejandro Moreno como un sujeto cuya lealtad solo es con el dinero, las posiciones y prebendas políticas.
La reciente revelación de la controvertida mandataria da cuenta de cómo se gestó la traición del dirigente nacional del PRI contra la candidata de su partido y del PAN y PRD, Claudia Anaya, a la gubernatura de Zacatecas.
“Yo no perdí, me entregaron. Siempre que he tenido alguna oportunidad entrego hasta el alma, quienes me conocen saben que es así. Durante muchos años trabajé y construí un camino posible para encabezar el gobierno del estado de Zacatecas, me gané gracias al esfuerzo, el apoyo de la gente y el acompañamiento de muchas personas, un lugar en las encuestas para ser candidata. Me gané un espacio legítimo para participar dentro de la convocatoria de mi partido… Por lo que exhiben los recientes audios expuestos por la gobernadora de Campeche, lo único que le importaba a Alejandro Moreno es que sus amigos los Monreal ganaran la elección… Escuchar estos audios no solamente me causa un profundo dolor, también hay dentro de mí coraje y repulsión… Para mí, esto significa una gran traición, pero no solamente una traición a mi persona, es una traición a la militancia de un partido, una traición a la coalición y una traición a la democracia. Alejandro Moreno no solo debe estar fuera de la presidencia de un partido político, debe estar fuera de la política”, sentenció Claudia Anaya.
El diálogo por mensajes de texto entre dos pérfidos, Ricardo Monreal y Alito, para restarle posibilidades a la abanderada del Revolucionario Institucional y dar paso al candidato de Morena, David Monreal, a la gubernatura de esta entidad, es propio de gente sin lealtad y principios y mucho menos agradecimiento a la franquicia que los cobijo.
La nueva filtración aparecida en Martes del Jaguar, termina por aniquilar a Moreno y pone en el paredón de los fusilados a Ricardo Monreal, de quien sí se tenía duda de su deslealtad a la causa, pues con esto quedó zanjada.
Fuera caretas señores, ni Alito juega limpio con los aliancistas, ni Monreal lo hace para Morena, así que es tiempo de que los dos definan sus querencias rumbo al 2024.
Ahora que andan muy entusiasmados los suspirantes del PRI por abanderar esa causa rumbo a la elección presidencial, deberían primero correr a Alejandro Moreno.
No se entiende a Claudia Ruiz Massieu, Ildefonso Guajardo, Beatriz Paredes, Enrique de la Madrid, José Ángel Gurría, José Murat, entre otros, su proceder de montarse en los hombros de Alito para cumplir con su sueño guajiro.
Si en verdad quieren hacer del PRI una opción competitiva, lo primero que deben hacer es mostrar tantita vergüenza y defenestrar a su dirigente nacional y con ello, hacer una limpia para luego, convocar a elecciones internas para elegir al nuevo dirigente y después, entonces sí, participar en la pasarela tricolor.
Aspiran a dirigir al país, cuando con su proceder de complicidad avalan la presencia de Alito en el PRI.
Más congruencia, señoras y señores.
El PRI apesta, huele a muerto, por lo que, tanto el PAN como el PRD y algunos cuadros priistas muy respetables, deben sacar el cadáver político de Alito y tirarlo a la hoguera de los traicioneros, luego entonces, a lo mejor podrían recuperar la confianza de algún sector de los electores.