Desde San Lázaro

Tiran el dinero de los mexicanos

La refinería de Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía no producen un peso de utilidad; una no refina nada y el otro trabaja en números rojos.

Resulta que es más productivo el puesto de tamales de la esquina que la refinería de Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía, juntos, ya que éstos no producen un peso de utilidad; al contrario, no obstante que ambas obras han sido inauguradas, no generan ningún beneficio para la nación; una, no ha refinado nada y la otra, trabaja en números rojos.

Este es tan solo un ejemplo de cómo se tira el dinero de los mexicanos, quienes a través de los impuestos que pagan al fisco, financian el derroche de la 4T.

Ante el peor escenario económico para el próximo año por la inflación, el entorno mundial complicado y la ineptitud del gobierno, los legisladores de Morena, PT y PVEM avalaron en lo general el Presupuesto que pone contra la pared a las arcas de la Federación, al tiempo de endeudar a las próximas generaciones con la autorización para contratar deuda por 1.3 billones de pesos, el techo más alto de los últimos 35 años.

Los recursos del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2023 serán para los programas clientelares del gobierno federal, los ‘elefantes blancos’ y las campañas electorales locales del próximo año y párele de contar, así que esa historia de que tendremos un sistema de salud como Dinamarca, o que se bajará la inflación, que se terminará con el desabasto de medicamentos o, más aún, que habrá independencia energética, solo quedarán como otras mentiras más del presidente López Obrador.

Y la inseguridad pública, la violencia y el avance del narcoterrorismo, pues solo quedan en las páginas del México sangriento.

Dicen los legisladores del PRD en San Lázaro, y tienen razón, que “el Presupuesto es de un solo hombre que busca tener más recursos para gastar en campaña, al destinar casi la mitad del Presupuesto a sus programas clientelares, que, por cierto, de nada han servido para la mitigación de la pobreza, ya que en este gobierno hay 4 millones más de nuevos pobres”.

Este gasto significa clientela electoral y recursos públicos para utilizar en las campañas de 2023 en el Estado de México y en Coahuila. Y en el 24 para la presidencia de la República.

Los programas de política social con tintes electorales, las tres obras emblemáticas de la terquedad, el pago del servicio de la deuda y pensiones, con el rescate de Pemex y CFE, se llevan todo el recurso público, además, claro está, del Ejército y la Marina.

En cambio, se recortaron los recursos del INE, Poder Judicial y Legislativo; órganos y poderes autónomos, en 6 mil 437.5 millones de pesos.

El gobierno planteó un gasto neto de 8.3 billones de pesos, un aumento real de 11.6 por ciento con respecto al ejercicio fiscal anterior.

El diputado panista Jorge Romero Herrera presentó una propuesta alterna al Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el ejercicio fiscal 2023, a fin de reasignar 121 mil millones de pesos, en seis rubros.

Buscan la reasignación de dichos recursos para seis grandes rubros: seguridad, mujeres, sector productivo, desarrollo social, medio ambiente y sustentabilidad, así como salud.

Advierten los panistas que “el fondo que existía para estabilizar las finanzas, en el 2018 tenía 320 mil millones de pesos, hoy le quedan 25 mil millones de pesos. Lo que no hicieron cuatro gobiernos sexenales, lo hizo Morena en cuatro años: vació el Fondo de Estabilización, igual que vació los fideicomisos”.

Se tiene que decir con todas sus letras, el gobierno de López obrador “pasará como el más violento en la historia de nuestro país, pues al día de hoy suman por lo menos 138 mil muertes violentas en el todo el territorio; 45 mil personas desplazadas de sus hogares por motivo de violencia; y más de 135 mil personas desaparecidas, de las cuales 40 mil corresponden directamente a esta gestión”.

Desde Acción Nacional reclaman que no haya recursos suficientes para atender la inseguridad; las policías locales, municipales, estatales, se encuentras asfixiadas presupuestalmente y hoy este presupuesto nuevamente no vuelve a otorgar recursos adicionales.

No se apoya a las mujeres ni a las Mipymes, al rescate del medio ambiente, ni a incentivar los sectores productivos del país; al contrario, se les castiga con campañas de terrorismo fiscal.

“Somos el único país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que prácticamente no destina recursos en apoyo al sector productivo, lo cual tiene dos consecuencias fundamentales: que estamos siendo una fábrica de pobres y se han cerrado un millón 600 mil empresas después de la pandemia”, abundaron los blanquiazules.

El presupuesto social es el que nos ayuda a combatir los índices de pobreza y rezago social, ya que dicho presupuesto debe de cuidar los aspectos básicos de los habitantes como son: la salud, el alimento, el trabajo y la educación, mismo que contribuyen a la reconstrucción del tejido social. Combatir la pobreza no es lo mismo que combatir la desigualdad.

Tirar los recursos públicos a un barril sin fondo no solo compromete el presente, sino por lo menos, el desarrollo por el resto de la década.

COLUMNAS ANTERIORES

Pausan momentáneamente la reforma al Infonavit
¡Atásquense que hay lodo!

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.