Desde San Lázaro

AMLO ya destapó a su ‘corcholata’

Qué bueno que el presidente ya enseñó su juego y éste no le permitirá mantener el poder después de que se vaya en 2024.

Lo que se leía entre líneas en el discurso presidencial, se develó en la arenga que lanzó AMLO a sus seguidores el sábado 18 de marzo, desde la plaza política más importante del país; el candidato de Morena que competirá en 2024 para relevar al tabasqueño debe tener tal sumisión que permita seguir “con el proyecto de transformación” sin que nadie ose siquiera sugerir una corrección del rumbo.

El obradorato quiere emular el Maximato de Plutarco Elías Calles, quien pretendió instaurar al término de su gestión a un incondicional, Emilio Portes Gil, para manipularlo a su antojo, sin embargo, el chirrión se le volteó y le salió el tiro por la culata, porque al asumir la presidencia, Lázaro Cárdenas de inmediato lo expulsó de México y de la vida política.

Este es el atributo principal que debe ostentar la corcholata que se convertirá por la voluntad del jefe moral de Morena en el “bueno para la grande”.

Ni las encuestas, como tanto se ha cacareado, ni las capacidades personales e institucionales valdrán a la hora de las definiciones.

Es más, el presidente ya eligió entre las tres corcholatas que quedan en la final y su decisión se inclina en favor de Claudia Sheinbaum.

La jefa de Gobierno de la CDMX es alentada a diario por el círculo cercano del presidente para convertirse en su clon, tanto en la forma de atacar y perseguir a los adversarios, como en el mismo discurso en donde solo hay dos bandos, los conservadores y los adeptos a la causa.

El tono al hablar, las pausas e irrupciones y hasta la forma de caminar son copiadas por la discípula.

Ella vocifera a quien quiera escucharla que protegerá al presidente y a su familia en cuanto le pongan la banda presidencial, y de la misma forma lo hará al continuar con las tres obras faraónicas que lleva a cabo López Obrador: la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el aeropuerto militar Felipe Ángeles; y todo el legado político, como los programas de política social son tintes electorales.

En el entendido que las capacidades y los resultados que se tienen en la tarea de gobernar la capital del país, son irrelevantes mientras no exista ningún atisbo de duda sobre la lealtad y sumisión total al presidente.

No importaría incluso, que la CDMX quede en manos de la oposición en 2024, ya que en estos momentos no existe poder humano que revierta la tendencia derrotista que pende sobre Morena y sus aliados en la metrópoli.

Ciertamente, la apuesta de AMLO por su “hermana menor” es de alto riesgo, ya que si bien es cierto que la fidelidad de la “científica” resiste cualquier prueba en estos momentos, la verdad es que carece de los arrestos suficientes para ganar la elección presidencial, toda vez que es un personaje sin carisma y sin atributos suficientes para enfrentar a una oposición unida y apoyada por la sociedad civil que se ha manifestado en la megamarcha del 13 de noviembre del año pasado y la concentración más grande de la que se tenga memoria contra el gobierno, el pasado 26 de febrero de este año.

Qué bueno que el presidente ya enseñó su juego y éste no le permitirá mantener el poder después de que se vaya, ya que prefirió una supuesta lealtad en lugar de elegir a un candidato competitivo como pudiera ser el mismo Marcelo Ebrard o hasta Adán Augusto López.

AMLO mantiene a sus corcholatas alineadas y frenadas con el cuento de que será a través de las encuestas el método para elegir al candidato presidencial de su partido, empero, son tantas las evidencias de que prevalecerá su voluntad, que solo un ciego no quiere ver lo que es tan evidente.

Desde luego, verbigracia, para Ricardo Monreal, la oveja descarriada, el piso disparejo y el desdén de los radicales del partido en el poder e incrustados en el círculo familiar del presidente contra el aún líder de los senadores de Morena, son pruebas suficientes sobre la decisión que ya está tomada y por supuesto no recae en él.

El último desplante que padeció el zacatecano fue en la concentración de acarreados del 18 de marzo, en donde no alcanzó siquiera un lugar en los corralitos que sí dispusieron para los invitados VIP.

Después de los comicios del Estado de México, y salvo que ocurriera un milagro, es decir, que Alfredo del Mazo apoyara a la candidata que él eligió, Delfina Gómez se convertirá en la primera gobernadora de oposición en esa identidad y de la misma manera, el presidente intentará replicar el ejercicio en la presidencial con otra mujer, Claudia Sheinbaum.

A Plutarco Elías Calles se le hizo preservar a sus lacayos en la presidencia hasta que llegó el ‘Tata Lázaro’; en cambio, a López Obrador no se le hará que su preferida haga lo mismo.

Tan solo hay que esperar que transcurra el tiempo para constatar lo dicho.

Ahora, tendrá que venir la jugada de la oposición y de las corcholatas que no fueron destapadas.

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