Desde San Lázaro

Se desboca la sucesión presidencial

Después de los comicios en el Edomex y Coahuila, las ‘corcholatas’ serán más descaradas, tanto en su presencia en bardas y espectaculares, como en sus eventos proselitistas.

Si de por sí, las corcholatas sin cuidado alguno, llevan a cabo actos anticipados de campaña con recursos públicos y privados, después de los comicios del Estado de México y Coahuila, a celebrarse este próximo 4 de junio, serán más descarados, tanto en su presencia pagada en bardas y espectaculares, como en sus eventos proselitistas, sin que las autoridades electorales, sobre todo el INE, hagan algo para sancionarlos.

Después de este domingo, la sucesión presidencial entrará en una espiral de violencia política, en el seno de los partidos políticos y entre ellos, es decir, en el caso de Morena y sus corcholatas se seguirán “agarrando del chongo”, pero con más beligerancia, mientras que en el lado de los aliancistas conformados por el PAN, PRI y PRD, anunciarán, por fin, el método de selección para elegir a su candidato o candidata y a partir de allí, los catorrazos serán más fuertes, en virtud de que cada partido quiere impulsar a uno de los suyos para que los represente en la elección presidencial.

Se espera que en el PAN las cosas no serán un día de campo; al contrario, se darán hasta con la cubeta porque no dejarán pasar a Santiago Creel como candidato y si no me cree, estimado lector, pues pregúntenle a la senadora Lilly Téllez.

Por lo pronto, Marcelo Ebrard ya anunció que dará a conocer el lunes 5 de junio un método de selección entre las corcholatas para que no quede lugar a dudas quién es el mejor, además de preservar la unidad.

Para nadie es un secreto que los resultados de la elección mexiquense determinarán el sentido del voto del presidente López Obrador para elegir al candidato de Morena y rémoras, y por ello es de suma importancia monitorear lo que ocurra en las tierras de Alfredo del Mazo.

Está cantado que la elección del Estado de México se resolverá en tribunales, por el cochinero que habrá en el reparto de efectivo el día de la elección y la intervención directa de criminales para inhibir la participación ciudadana en las casillas de votación.

El rebase de los topes de campaña es evidente en ambos frentes; el de Delfina Gómez, con la toma de espectaculares y bardas; presencia en redes sociales, compra de encuestas y por supuesto, el pago de brigadistas que hacen trabajo territorial; por su parte, en el cuartel de Alejandra del Moral no se quedan atrás y aunque han sido más cuidadosos que sus adversarios, lo cierto es que estarían en el límite para no rebasar esa delgada línea que existe entre la legalidad y la ilegalidad.

Hay que recordar que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha anulado elecciones por este motivo, el del rebase de los topes de campaña.

Los comicios de la entidad mexiquense no se resolverán con una diferencia de votos de dos dígitos porcentuales y ello, de suyo, implica necesariamente, la exigencia de volver a contar los votos en modo aleatorio en el universo del total de las casillas.

La presencia de simpatizantes el día de la votación para “conminar” a la gente a votar por determinada candidata, será una constante, por lo que, los observadores electorales y los representantes de los partidos políticos en las casillas, van a levantar denuncias ante la autoridad electoral estatal.

Al viejo estilo del PRI, los operadores de Morena ya tienen dispuestos los mecanismos para el llenado de urnas con boletas anticipadamente marcadas, así como el resultado en las papeletas en donde se plasman los números finales de la votación por casillas.

Al fin y al cabo, lo relevante es alcanzar los fines, sin importar los medios.

En el caso de Coahuila, pues no hay duda de que Manolo Jiménez obtendrá una cómoda ventaja de dos dígitos porcentuales y con ello, el PRI, ahora en compañía del PAN y PRD, mantendrá el último bastión que le queda a los tricolores.

La pésima actuación de AMLO y de la dirigencia nacional de Morena, léase Mario Delgado, en el proceso de selección de Armando Guadiana, que a la postre partió en tres a la coalición conformada por este partido con el PT y el PVEM, le dio el triunfo a Manolo Jiménez, aunque, hay que decirlo, aún unidos no hubieran podido vencer al priista y ello se debe, también, al buen gobierno que ha llevado a cabo el actual gobernador tricolor de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme.

Este triunfo, paradójicamente, no le representa nada al PRI de Alejandro Moreno, ya que no solo no apoyó a la causa priista en la entidad, sino que estorbó cuando pretendió hacerlo, tal como ha ocurrido también en el Estado de México.

Si Alito se empecina en ser aspirante a la candidatura presidencial por parte del Revolucionario Institucional, pues se fragmentará la alianza con el PAN y el PRD, con el previsible fracaso.

En la elección presidencial del próximo año tendrá un papel relevante la sociedad activa, tanto en la selección del candidato de oposición, como en la propia propuesta para llevar a la mesa de las negociaciones a aspirantes apartidistas emanados de la contundente fuerza de la sociedad civil.

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