Desde San Lázaro

Ebrard sí estará en la boleta presidencial

Si López Obrador ya se hubiera inclinado por Claudia Sheinbaum, no tendría caso exponer a Marcelo Ebrard al escarnio público y menos tentarlo a buscar otra opción política.

Luego de los resultados de los comicios en el Estado de México, queda abierto el camino de la sucesión presidencial y con ello vendrá una contienda encarnizada principalmente entre morenistas, para buscar suceder a López Obrador.

El llamado de unidad que hizo el presidente López Obrador la noche del lunes a sus corcholatas y gobernadores afines, frena momentáneamente los ánimos y la cargada por algún aspirante; sin embargo, y ante un destape adelantado que no pasará de septiembre, tanto Claudia Sheinbaum como Marcelo Ebrard apuran el paso para no quedarse atrás.

Si Adán Augusto López está perfilado a ser el coordinador parlamentario de los senadores de Morena a partir de septiembre de 2024, está claro que solo se mantienen dos corcholatas en la recta final: Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum.

Dicen en el círculo cercano del presidente que la victoria de Delfina Gómez catapultó a la jefa del Gobierno capitalino hacia la candidatura presidencial y puede ser que tengan razón, empero, si esa fuera la idea del presidente, pues simple y sencillamente y sobre todo, para evitar una escisión en su movimiento, no hubiera celebrado la reunión del lunes para llamar a los asistentes a trabajar por la consolidación de su movimiento político, respetar los tiempos y, sobre todo, acatar los resultados de las encuestas.

Si López Obrador ya se hubiera inclinado por Sheinbaum, no tendría caso exponer a Marcelo al escarnio público y menos tentarlo a buscar otra opción política para que aparezca de todos modos en la boleta presidencial.

Aunque percibiendo la perversidad del principal huésped de Palacio Nacional, no le sorprenda que al final del día, su consentida, la exdelegada de Tlalpan, se quede con la candidatura de Morena.

Desde este espacio nos arriesgamos a hacer el siguiente vaticinio, luego de ver los movimientos del ajedrecista tabasqueño en el campo de los oficialistas.

Registre a Claudia Sheinbaum como la corcholata que destapará Morena; por el bloque opositor competirá Santiago Creel, y por Movimiento Ciudadano hay dos finalistas, el más visible, Luis Donaldo Colosio Riojas o, agárrese bien, Marcelo Ebrard, quien podría también ser apoyado por el PVEM.

Y no es porque el canciller esté buscando un plan B, ya que a todos los que quieran escucharlo ha repetido hasta el cansancio, que respetará el resultado de las encuestas si éstas resultan imparciales, sino porque tanto MC, de Dante Delgado, como los verdes, sueñan con un candidato presidencial de lujo como sería Marcelo Ebrard.

Solo será cuestión de tiempo y de muy poco, para descubrir el secreto mejor guardado, en tanto, diremos que el escenario sorpresivo es que la elección se vaya a tercios y en la boleta presidencial podrían estar Sheinbaum y Ebrard por partidos políticos diferentes.

En una prospectiva lógica, se desprende, si no ocurre la salida de Ebrard de las filas de Morena, que los tres candidatos que buscarán la Presidencia el próximo año serán: Claudia por Morena, PT y PVEM; Santiago Creel, por el PAN, PRI y PRD, y Luis Donaldo Colosio por Movimiento Ciudadano, y con esta alineación quedará conformada la boleta presidencial.

En una elección a tercios se definirá al elegido por la mayoría de los ciudadanos, que le tocará enderezar el rumbo del país por los yerros cometidos por Andrés López Obrador.

Sin importar de qué partido político provenga el próximo mandatario mexicano, no la tendrá fácil, ya que le explotará en las manos una bomba en materia económica, por el costo brutal que significó endeudar al país y por el incremento de los programas sociales y las pensiones, a lo que se suman los apoyos a los adultos mayores por parte del gobierno de la 4T.

El servicio de la deuda y el número creciente de beneficiarios del programa “65 años y más”, ponen a las finanzas públicas en un callejón sin salida, y si a ello le agregamos el costo desorbitado en la construcción de la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el AIFA, pues en menudo lío estamos.

Las ocurrencias del “patrón”, como la compra de las obsoletas plantas eléctricas de Iberdrola o la venta del avión presidencial por debajo de su costo original y, más aún, la cancelación de la construcción del aeropuerto de Texcoco, que representó una pérdida patrimonial de 300 mil millones de pesos, son solo algunos factores que pusieron a México al borde de la quiebra financiera.

El resquebrajamiento del andamiaje institucional que tantas generaciones de mexicanos construyeron, el tabasqueño lo tiró a la basura y ello, de suyo, tiene un costo social y económico que tardará décadas reconstruir.

Y qué decir de la inseguridad pública y el avance del narcoterrorismo en el país.

A Sheinbaum, Colosio o Creel, o tal vez a Marcelo Ebrard, le tocará esta ardua tarea y ojalá, por el bien de todos, se elija al más capaz para recomponer el rumbo.

COLUMNAS ANTERIORES

Alfaro se orina fuera de la bacinica
El autoritarismo con piel de oveja

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.