Mientras que del lado del oficialismo está todo listo para develar el rostro de su candidato o candidata para la jefatura del Gobierno capitalino, en el frente opositor siguen los jaloneos para establecer el mecanismo de selección en donde los panistas llevan la delantera sobre los tricolores y los perredistas.
Hemos dicho en otras colaboraciones, que luego de que Xóchitl Gálvez decidiera buscar la presidencia de la República y con ello dejar el paso libre para que otro busque ser el candidato del Frente Amplio por México, resulta que son muy pocos los personajes que pueden ser competitivos para sacar a la izquierda del poder, luego de gobernar la capital del país por 26 años.
Si nos atenemos a lo que señalan las encuestas, solo están los alcaldes azules Santiago Taboada o Lía Limón, quienes con sus claroscuros han hecho una labor aceptable en Benito Juárez y Álvaro Obregón; sin embargo, en mi opinión, sus rangos de influencia en toda la capital son limitados sobre todo en la región oriente, en donde se ubican Venustiano Carranza, Iztacalco e Iztapalapa, con una gran concentración de votantes.
Desde luego, la inercia ganadora que tiene la oposición, luego de su aplastante triunfo en los comicios del 2018, en los cuales ganó en 9 de las 16 delegaciones políticas, perdura, aunque la mala gestión que han hecho algunos alcaldes les está quitando simpatía entre el electorado.
El problema que más agobia a los capitalinos es la inseguridad pública, por encima del desempleo y en general de la crisis económica, aunque el tema del desabasto de medicamentos en el sector público es preocupante; en ese sentido, tanto Taboada como Lía tienen logros relevantes en el rubro del abatimiento de los índices delictivos en sus alcaldías, toda vez que priorizaron en el presupuesto la atención de este problema y por ello se aprecian resultados positivos.
Además de estos dos panistas, ha surgido una mujer que también es alcaldesa y que no obstante de tener una gestión controvertida, tiene los tamaños suficientes para primero ganarle al oficialismo y por ende gobernar la CDMX.
Nos referimos a la perredista Sandra Cuevas, todavía alcaldesa de Cuauhtémoc, quien ha resistido el embate de las oficinas centrales del gobierno capitalino y tal como dice el dicho popular, “lo que no te mata te hace más fuerte”, y ese ha sido el caso de ella, que ahora prepara su último recorrido por las colonias de esa jurisdicción para despedirse de los vecinos, al tiempo de solicitarles su apoyo para ganar la elección del próximo año.
Entre sus cartas credenciales está el hecho de arrebatarle uno de los dos bastiones más importantes que tenía Morena en la capital del país y lo hizo venciendo en las urnas a la expoderosa Dolores Padierna y a su marido René Bejarano y con ello demostró que no es invencible el oficialismo.
Con la confianza que da esa victoria electoral y con presentar resultados positivos en su gestión, Sandra Cuevas es otra carta que bien puede representar al Frente Amplio por México.
Lo que son las cosas, estamos en tiempo de la emancipación y el empoderamiento de las mujeres y cuando es irreversible el hecho de que México tendrá una mujer presidenta a partir del 2024, surge la gran posibilidad de que también en la capital continúe gobernando una mujer.
Por un lado, destaca Clara Brugada y en la cancha de los opositores, alzan la mano Lía Limón y Sandra Cuevas.
Veremos qué tanto prevalece el respeto a las mayorías, que a través de las encuestas o de una minielección primaria, expresarán su voluntad sobre el candidato que prefieran.
Aunque, hay que decirlo, los panistas llevan mano en la CDMX y por ello, se “pondera” la conveniencia de que sea Santiago Taboada el candidato del frente opositor.
En los últimos cinco años, el PAN se ha consolidado como el partido opositor de mayor relevancia, dejando al PRI muy atrás, tanto a nivel nacional como estatal, y ello no es la excepción en la Ciudad de México y en contraparte, el PRI arrastra la animadversión de la mayoría de los capitalinos.
La presencia del Partido de la Revolución Democrática está muy limitada y por ello les queda solo desplegar el papel de comparsa, porque su presencia electoral es escasa y acotada a algunas alcaldías de la CDMX.