Vaya castigo para los veracruzanos porque se les presenta la posibilidad de que sean gobernados por un personaje que no nació en esa entidad y que, además, la principal encomienda que tuvo al frente de la Secretaría de Energía, la construcción y operación de la refinería de Dos Bocas, no la llevó a cabo porque fracasó, sin siquiera refinar el primer barril de combustible, al tiempo de que el costo en esta obra insignia del obradorato es, al momento, de 18 mil millones de dólares.
Eso de que con el manto protector de la popularidad del presidente, le basta a cualquier candidato o candidata de Morena para ganar, es un espejismo, ya que si bien es cierto que cuenta ese factor, no es definitivo para triunfar en los comicios respectivos.
Desde luego, hay que apuntar que está toda la fuerza del Estado y en el caso particular de Veracruz, también se notará la mano de Cuitláhuac García para encumbrar a Rocío Nahle como su relevo en la gubernatura de esa entidad.
Aunque me dicen algunos políticos morenistas de ese estado que ella no es bien vista entre las bases y por ello, van a empujar a Sergio Gutiérrez Luna o Claudia Tello, por cuestiones de género, e incluso a Eric Cisneros, Manuel Huerta o a Zenyazen Escobar, quienes sí son nativos de esa tierra, además de poseer arraigo.
La ‘ley Nahle’, esa que le da el sustento jurídico para que un no nacido en Veracruz pueda ser gobernador, causó mucho malestar entre los militantes del partido en el poder y entre los veracruzanos, sin embargo, están conscientes de que si ya renunció a la Sener, es porque tiene la venia de AMLO para ser candidata de Morena y sus rémoras.
La zacatecana tiene que demostrar que tiene una residencia mayor de cinco años en el estado.
En cualquiera de los casos, la última palabra la tienen los ciudadanos de esa entidad, que serán los que elijan a su próximo gobernador y que, por las cuentas que ha entregado Cuitláhuac García, seguramente habrá alternancia en el poder.
Para nadie es un secreto que la marea azul que prevalece en el puerto y Boca del Río, amén de otros municipios emblemáticos de Veracruz, sigue creciendo como la espuma y por tal razón será muy difícil para quien resulte candidato del oficialismo mantener la plaza para la causa, sobre todo si ésta es Rocío Nahle.
Preguntarán algunos sobre las credenciales políticas y administrativas de Rocío Nahle que la pudieran acreditar como futura gobernadora, aunque la verdad sea dicha tenemos otros ejemplos que esos atributos no interesan mientras el principal huésped de Palacio Nacional los apoye.
De hecho, por cuestiones de género, Nahle cumple esa condición y con ello despresuriza la bomba que está a punto de estallar en la sede nacional de Morena por cumplir precisamente con equidad de género impuesta por el INE al ordenar que, de las ocho gubernaturas y la jefatura de Gobierno de la CDMX tendrán que ser cinco para las mujeres y cuatro para los hombres, en tal sentido, la nominación de la zacatecana para Veracruz es un hecho y salvo que ocurra un milagro de esos que no suceden en la 4T, todo apunta (deberían ahorrarse las encuestas respectivas) para que sea ella la candidata de este partido político para la gubernatura.
Diputados opositores federales y locales han señalado reiteradamente que Nahle está catalogada como uno de los peores funcionarios públicos tras acusaciones por malversación de fondos y asignaciones directas a cuates y familiares por casi cinco mil millones de pesos, y ha sido severamente cuestionada por la enorme opacidad que prevalece en la construcción de Dos Bocas.
Dicen los panistas que ya tiene un cochinito bastante robusto para aceitar su campaña política en la búsqueda de su máxima aspiración.
Los relevante de todo es que ni siquiera es importante saber quién ocupará su lugar al frente de la Sener, sino lo verdaderamente útil, es qué tanta rentabilidad tendrá la construcción de Dos Bocas en momentos en que su sobrecosto es escandaloso y que todavía a ciencia cierta no se sabe cuándo entrará realmente en total operación.
La principal responsabilidad que le asignó el presidente a la extitular de la Sener no la cumplió a cabalidad y menos, que lo que lleva de avance la refinería se haya realizado bajo criterios de austeridad y optimización del gasto público, Nahle hizo todo lo contrario, aunque eso qué importa si ya tiene la candidatura en la bolsa, pero no está garantizado que sea la próxima gobernadora de Veracruz.