Reculó tras poner a su estado en una crisis de gobernabilidad y al partido político que lo encumbró en riesgo de perder su registro, y no solo eso, sino que tiró la jugada de ajedrez que había realizado el presidente López Obrador al haberlo incorporado a la boleta presidencial para restarle votos a Xóchitl Gálvez.
De este tamaño fue el impacto de la serie de yerros consecutivos que tuvo Samuel García en su periplo inacabado por cristalizar su sueño guajiro, al pretender ser presidente y dejar a un esbirro en la gubernatura de Nuevo León.
Árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza, reza el dicho popular y así fue la crónica anunciada de un proyecto malogrado por la errónea concepción de lanzarse al precipicio sin una línea de vida de protección.
Con el anuncio de su deseo por buscar la Presidencia de la República, Samuel García quebró su palabra de no abandonar a sus coterráneos, al tiempo de generar la peor crisis de gobernabilidad de Nuevo León con dos gobernadores en funciones.
Hay que decirlo con todas sus letras, a Samuel lo obligaron a ser candidato de MC, tanto Dante Delgado como López Obrador, quien requería un incondicional para incorporarlo a la contienda presidencial para desgastar y restarle votos a Xóchitl Gálvez en el sector que la apoya por antonomasia, las clases medias y los jóvenes.
En una elección a tercios y con dos candidatos pulverizando el voto opositor, Claudia Sheinbaum tendría el camino despejado para ganar la elección del próximo año, sin embargo, con el retiro de Samuel, se le pusieron las cosas color de hormiga al presidente y a su candidata para mantener el poder.
Diremos que con el desenlace del affaire Samuel-PRIAN, perdió el oficialismo y no solo el gobernador de Nuevo León y de Movimiento Ciudadano.
Los grandes derrotados son AMLO, Sheinbaum, Dante Delgado y, en última instancia, Samuel García.
Se dice que el plan B de Movimiento Ciudadano será colocar a otro militante en lugar de García, sin embargo, a fuerza de ser sinceros, no existe en sus filas alguien con los arrestos suficientes para mover a esos sectores de la población inconformes con el régimen, hacia los brazos de MC.
Ni Jorge Álvarez Máynez, Patricia Mercado, Dante Delgado y mucho menos cualquier otro legislador de ese partido, pueden superar el umbral de votos del 3 por ciento de la votación que se necesita para mantener el registro como partido político nacional.
Cuando se le abrían los caminos al oficialismo para asegurar el obradorato, se cayó como una torre de naipes el castillo de la simulación que representaba el proyecto de Samuel García.
Para los malpensados, se habla de que nuevamente se abre la posibilidad de que Marcelo Ebrard se convierta en el candidato presidencial sustituto de MC, aunque esta posibilidad es difícil que se cristalice, toda vez que al excanciller lo tienen agarrado con un pacto que implica inmunidad y posiciones políticas para sus adeptos.
Haga lo que haga el oficialismo y aunque logre colocar a un candidato para MC en la búsqueda de la Presidencia, lo cierto es que solo hay dos candidatas para contender por la Presidencia y ellas son Claudia y Xóchitl, por lo que, sin duda, México tendrá una mujer presidenta para el próximo sexenio.
El principal huésped de Palacio Nacional debería abocarse a cerrar su administración en los 10 meses que le faltan y revertir algunos de los fracasos que ha tenido en materia de inseguridad pública, crisis en salud y política educativa, sustentabilidad, combate a la inflación y a la corrupción, además de poner a las arcas públicas al borde de una crisis financiera; tan solo por citar algunos rubros en donde ha resultado un fiasco el gobierno de la autodenominada cuarta transformación.
El impacto de este malogrado gobierno también afecta necesariamente los resultados de la nueva conformación del Congreso federal, tras los comicios del próximo año, ya que esta derrota de alguna manera marcaría a los candidatos que postule el Movimiento Naranja para esos cargos de representación popular, por lo que ahora la tarea de las huestes de Dante Delgado Rannauro es deshacerse rápidamente del estigma de Samuel García y darle vuelta a la página con candidatos muy competitivos, impolutos y elegibles.