Desde San Lázaro

Pemex, al borde del colapso

Por los resultados y los datos duros, Octavio Romero resultó un fiasco y la estrategia para rescatar a Pemex no fue la adecuada, por decirlo de forma elegante.

En los pasados cinco años, se repitió hasta el cansancio que en esta administración se alcanzaría la soberanía energética al dejar de importar gasolinas para producirlas en el sistema de refinerías del país.

Tanto el presidente, como Octavio Romero, titular de lo que queda de Pemex, insistían hasta el cansancio sobre la conquista de este sueño ‘cuatrotero’ que callaría la boca de los neoliberales y les daría la razón al construir una refinería en momentos en que el mundo se orientaba por las energías limpias y sustentables.

Así se construyó la refinería de Dos Bocas, que fue promovida como la panacea y la salvación de Pemex, aunque, no obstante haber sido inaugurada en julio de 2022, a la fecha no ha refinado un solo barril de combustible y lo peor es que ya rebasó los 18 mil millones de dólares y aún no hay fecha real para que opere normalmente.

El premio a la ineptitud para Rocío Nahle, exsecretaria de Energía, la responsable de la construcción de esta refinería, no fue la cárcel, sino la nominación como candidata de Morena al gobierno de Veracruz.

Hay que decirlo con todas sus letras, el sistema de refinerías está dañado por la falta de mantenimiento mayor, verbigracia, el accidente ocurrido hace unos días en la refinería de Tula con un saldo de varios trabajadores heridos; y ello, se refleja en los constantes percances y explosiones que presentan y que elevan el costo de producción que ahora es más alto que, incluso, el precio de venta de las gasolinas, en el mercado nacional.

Con argumentos políticos e ideológicos se revirtió buena parte de la reforma energética impulsada por Enrique Peña y ello, a la postre, ha tenido graves repercusiones para Pemex, toda vez que la situación actual es grave y con riesgo de la quiebra financiera y de operación.

El pretendido salvamento a la empresa productiva del Estado por parte de la SHCP es del orden de 1.5 billones de pesos en los últimos cinco años, y a ello hay que sumarle la condonación de impuestos, como los 87 mil millones correspondientes a los meses de octubre a diciembre de 2023 y enero de este año; y bueno, si con eso se hubiera rescatado a la petrolera y tuviera una mejor condición financiera, con crecimiento en la extracción y procesamiento de combustibles, diríamos que fueron buenas las decisiones, sin embargo, sigue siendo la empresa petrolera más endeudada del mundo y las calificadoras internacionales de evaluación crediticia la castigan como emisora de bonos basura (Moody’s).

La baja calificación está fundamentada en el deterioro de la calidad crediticia intrínseca que tiene la petrolera y en vista de sus necesidades de efectivo crecientes.

En el corto plazo, Petróleos Mexicanos enfrentará mayores riesgos de negocio al continuar ampliando su capacidad de refinación y al tratar de incrementar su producción.

El desplome de la producción y en el descubrimiento y explotación de nuevos yacimientos compromete la viabilidad de la empresa hacia el futuro, aunado al huachicoleo que se disparó en el último año y que representa 25 pipas de 30 mil litros al día.

Se acuerdan que al principio del sexenio se decidió la compra de pipas por 92 millones de dólares para transportar las gasolinas y con ello cerrar los ductos para evitar el robo de combustibles, pues al igual que todo lo que se ha hecho para rescatar a Pemex, resultó un fracaso.

Las comparecencias de Octavio Romero en el Congreso se caracterizaron por la soberbia y la ira del funcionario ante los cuestionamientos de los legisladores de oposición, a quienes calificó de ignorantes, por cuestionar sus cifras alegres, y bueno, el tiempo dio la razón a los diputados y senadores opositores.

Por los resultados y los datos duros, Octavio Romero resultó un fiasco y la estrategia para rescatar a Pemex no fue la adecuada, por decirlo de forma elegante y ello, no solo se acerca a su quiebra financiera, sino también compromete a las finanzas públicas de México.

Ni hubo soberanía energética, ni se incrementó la producción, y lo más grave es que, con una caída de 500 mil barriles diarios, México se convertirá con la reducción porcentual más grande entre las petroleras que conforman el bloque de no afiliados a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

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