Desde San Lázaro

Votaron hasta los muertos

Sin duda la mayoría de los mexicanos prefiere a Morena sobre PAN, PRI y PRD, pero eso es muy diferente a saturar las urnas con votos de electores que no sufragaron con libertad.

Los cómputos distritales darán luz sobre la mano negra que hubo de los gobernadores de Morena y el PVEM en las casillas electorales, en donde se observan resultados tan absurdos como que todos los votos de las personas que aparecen en la lista nominal fueron para Morena.

Una cosa es que la mayoría de los mexicanos le hayan dado el triunfo a Claudia Sheinbaum, y otra, muy diferente, es que hayan ganado el Congreso a niveles de alcanzar la mayoría calificada, es decir, dos terceras partes de los legisladores son de Morena, PVEM y PT.

La célebre frase instituida por Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales en donde perdió, 2006 y 2012, de “voto por voto y casilla por casilla”, debe aplicarse en estos momentos en que la credibilidad del INE está por los suelos y no por la admirable participación de los ciudadanos como funcionarios de casillas, sino por el jaloneo interno que prevalece en ese instituto por el agandalle de Guadalupe Taddei en torno al procesamiento de la información y el anuncio del conteo rápido y del PREP.

La oposición no tuvo la capacidad de tener representantes en todas las casillas y menos en frenar la avalancha guinda que avasalló en las casillas con el manejo de las boletas, en donde fueron llenadas, en muchos de los casos, por gente afín a los gobiernos estatales del oficialismo.

Los cómputos distritales tienen la validez legal porque definen los resultados de los comicios y estos arrancan el día de mañana y se cierran el 8 de junio y son la suma de los resultados contenidos en todas las actas de las casillas de los 300 consejos distritales y es precisamente en este momento en que los representantes de los partidos políticos tienen la posibilidad de aportar la información conducente para la anulación de casillas o incluso de la elección en determinado distrito.

Es un trabajo arduo, pero se requiere escudriñar en las mismas boletas el ejercicio del voto ciudadano, toda vez que muchas presentan incluso la misma caligrafía.

La candidata presidencial de Morena, PVEM y PT, de acuerdo a los datos del PREP, tuvo poco más de 31 millones de votos, es decir, más de un millón de la votación que alcanzó AMLO en 2018, momento de su máxima popularidad y para el Congreso, el oficialismo recibió en conjunto una votación que les dio el triunfo en 256 de 300 diputaciones federales de mayoría relativa.

En 17 estados, los partidos de Sigamos Haciendo Historia se llevaron todos los distritos: Baja California Sur, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Zacatecas, Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Puebla, Tlaxcala y Colima. Es aquí la primera ruta que hay que seguir para confirmar el fraude electoral.

No hay duda que la mayoría de los mexicanos prefiere a Morena que al PAN, PRI y PRD, pero eso es muy diferente a saturar las urnas con votos de electores que no tuvieron la oportunidad de votar con libre albedrío, ya sea por la compra de votos o porque les recogieron sus credenciales de elector.

Más allá del resultado electoral y del desaliento que prevalece en los simpatizantes de la oposición y que buena parte de ellos, son los que generan empleos e impuestos, diremos que hay que mantener la actitud proactiva en razón de los cómputos distritales y del comportamiento de la próxima presidenta de México, y de la fuerza que representan en la economía en general y en la estabilidad y gobernabilidad.

Yo me quedo con el discurso pronunciado el 2 de junio por Claudia Sheinbaum en el sentido de llamar a la reconciliación a un México inclusivo y en ello, se observará qué tanto de verdad tienen sus dichos a partir del 1 de octubre, porque antes, AMLO no le dará ni un centímetro de espacio político que le permita perfilar su proyecto de nación.

Si Peña Nieto le cedió la cancha a partir de que nombraron a Obrador como presidente electo, este no lo hará con la doctora.

Desde luego, quien no observe la nueva realidad política-electoral que prevalece en el país es un necio o un iluso, empero esto no debe confundirse con la sumisión y la resignación, ya que, se veía venir el tsunami guinda por la intromisión de AMLO en la elección, al diseñar una elección de Estado con vastos recursos económicos provenientes de las arcas públicas y de quién sabe dónde.

Hay que congratularnos de que tendremos por primera vez en la historia una mujer Presidenta y ello de suyo, representa un escenario alentador para el próximo sexenio.

El repliegue de Xóchitl Gálvez es incomprensible en virtud de la relevancia que tiene su participación en la supervisión del conteo en los distritos electorales, pero, sobre todo, de seguir encabezando el movimiento opositor al régimen y con ello impedir los abusos del totalitarismo.

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