En momentos en que se requiere que la oposición se reagrupe para impedir los coletazos del autoritarismo, con la sobrerrepresentación con que pretenden agandallarse Morena, PVEM y PT en el Congreso y, con ello, alcanzar las mayorías calificadas en ambas cámaras o la aprobación de la reforma judicial; el PAN y el PRI viven la revuelta de su militancia. En primera instancia deben renovar sus dirigencias nacionales y luego perfilar sus nuevas estrategias electorales por separado, en virtud de que, para Acción Nacional, fue un error mayúsculo coaligarse con los tricolores.
En estas luchas intestinas, pierden el enfoque sobre los temas torales y, de no hacer nada, se impondrá la acumulación de poder en el Ejecutivo con el control absoluto en el Poder Legislativo y Judicial.
La salida de Marko Cortés de la dirigencia nacional del PAN tan solo será un paso en ese largo y sinuoso camino que tendrán que emprender los azules rumbo a recobrar la confianza de los electores, particularmente de los jóvenes. En ese sentido, no solo requieren hacer un esfuerzo para recobrar sus bases ideológicas y programáticas, sino establecer una real apertura a la sociedad para formar una alianza que les permita consolidarse como la principal opción opositora.
Los colectivos que conforman la ‘marea rosa’ exploran las posibilidades de buscar el registro como partido político o seguir manteniéndose del lado de la sociedad civil o de plano sumarse a Acción Nacional.
La disyuntiva no es menor, en el entendido de que se requiere una oposición que pueda contrarrestar el enorme poder que acumula Morena y sus aliados a nivel federal y estatal.
De hecho, la lucha por apropiarse la etiqueta de ser la principal opción opositora se la disputan, en este momento el PAN y Movimiento Ciudadano. Quien lo iba a decir, ya que el PRI va en camino a su extinción, sobre todo en estos momentos en que Alejandro Moreno opera con sus incondicionales para reelegirse.
Si MC resuelve sus profundas diferencias internas entre el bloque de Dante Delgado y el Grupo Jalisco, se encaminan a ganar mayor presencia electoral en todo el territorio nacional, en virtud de que algunos activos políticos que militan en sus filas como Luis Donaldo Colosio, Pablo Lemus y Patricia Mercado tienen un gran peso en esa búsqueda que hace la ciudadanía por nuevos liderazgos políticos.
Mientras que los panistas salieron fortalecidos de la reunión del Consejo Nacional, celebrada el día de ayer, los priistas se diluyen como el agua entre las manos y, si no fuera por algunos intentos que se hacen al interior de esa franquicia política para despojarse de la lacra que significa Alejandro Moreno, diríamos que están condenados a solo tener una presencia marginal en algunas entidades del país.
No está por demás recordar que en las elecciones de este año, el Partido Revolucionario Institucional obtuvo los peores resultados de su historia, tanto por los votos recibidos como por los cargos alcanzados.
De ahí que la disidencia priista representada en el Frente Nacional de Renovación exige posponer la celebración de la XXIV Asamblea Nacional en la que se reelegiría Alito, no obstante que su desastrosa gestión termina en agosto, además de la separación de toda la dirigencia nacional, “dada la dimensión de la grave crisis que vive el partido y por las cruciales transformaciones que este requiere para seguir siendo una opción políticamente viable”.
La disidencia tricolor exige que se designe democráticamente una dirigencia interina compuesta por un grupo de cuadros con prestigio y reconocimiento, a fin de que conduzcan de manera colegiada e incluyente los trabajos de la próxima Asamblea y las reflexiones y cambios de fondo que requiere el partido. Estos cambios incluyen el replanteamiento de todos los documentos básicos y en particular el reforzamiento de la estructura territorial, ya que la actual dirigencia realizó reformas para arrebatarles de manera arbitraria a los comités estatales y municipales las facultades que antes les garantizaban su derecho a resolver sobre los procedimientos de elección de dirigencias y de postulación de candidaturas.
Estamos ante la conformación de una nueva geopolítica nacional con la consolidación de Morena, PVEM y PT como fuerzas dominantes, el PAN como el principal partido político de oposición y MC como una opción real opositora, si rompe el cordón umbilical que todavía los une al poder, en donde la resolución en tribunales de la gubernatura de Jalisco dará luz sobre este asunto.