Desde San Lázaro

Presidenta, ¿y el cambio climático?

México ha emprendido acciones correctas para reducir su impacto ecológico, pero consideró que van muy despacio.

Entretenidos en temas de la transición y el establecimiento de la agenda legislativa del nuevo gobierno, corre el tiempo a contrarreloj en torno a temas fundamentales que resolver con el establecimiento de medidas de gran calado para contrarrestar los efectos del cambio climático.

El incremento de la temperatura mundial por los efectos de los gases de efecto invernadero afecta, incluso, la supervivencia y la vida tal como la conocemos hasta ahora. Es decir, el tema no es menor; al contrario, cada vez los países más industrializados del orbe destinan más recursos públicos y consolidan los foros internacionales como el Protocolo de Kioto para enfrentar de forma global este problema que afecta a toda la población de esta nave espacial llamada Tierra.

En nuestro país, la UNAM, desde hace 20 años, ha dedicado buena parte del tiempo de sus investigadores a estudiar el fenómeno climático y proponer una serie de soluciones en todos los campos de los ámbitos social, economía, gobierno, políticas públicas, sustentabilidad y agendas multilaterales mundiales, para revertir el daño ambiental que ha causado el hombre.

Señalan los expertos de la máxima casa de estudios que, en la medida que la temperatura global sigue en aumento, los riesgos que enfrentan nuestras sociedades y sistemas naturales se transforman en desafíos cada vez más complejos; los fenómenos extremos como las sequías, olas de calor y tormentas intensas son cada vez más frecuentes y severos, alertó el coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM, Francisco Estrada Porrúa.

Los cambios climáticos crónicos como el aumento gradual de las temperaturas, la desertificación y la pérdida de biodiversidad representan impactos de largo plazo que reciben menos atención de los medios, tomadores de decisiones y población en general.

Sin embargo, son responsables de la mayor parte de las pérdidas económicas y sociales asociadas, lo que pone mayor relieve en los riesgos de transición, es decir, aquellos relacionados con la modificación hacia una economía más sostenible y baja en carbono.

En ocasión del decimocuarto Congreso Nacional de Investigación en Cambio Climático y el sexto Congreso Latino de Investigación en Cambio Climático, diversos expertos dieron a conocer los resultados de los estudios en la materia que se han desarrollado en sus ámbitos de competencia.

Para aprovechar las oportunidades y minimizar los riesgos, es esencial que los esfuerzos de investigación y desarrollo científico se traduzcan en acciones concretas, coordinadas y alineadas con la realidad de cada región, lo que jugará un papel importante en la reducción de riesgos y oportunidades que puedan surgir en medio de estos retos.

En una charla, José Luis Samaniego Leyva, encargado de Cambio Climático y Desarrollo de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, subrayó que México ha emprendido acciones correctas para reducir su impacto ecológico, pero consideró que van muy despacio.

Recordó que nuestro país emitió 716 toneladas métricas (Mt) de dióxido de carbono en 2020 y 714 Mt en 2021, valores 6 por ciento menores a los registrados en 2019, donde los sectores de energía y procesos industriales representan 72 por ciento de las emisiones.

Resaltó que la nación tiene vulnerabilidades que se superponen y en 2020 los fenómenos hidrometeorológicos causaron daños y pérdidas por un monto de 26 mil 573 millones de pesos; a esto se suma que algunos ecosistemas han sido afectados en porcentajes elevados; por ejemplo, se han perdido 46.6 por ciento de los manglares y 40.9 por ciento de los bosques nublados.

Entre los principales temas, está el manejo alternativo del fuego y de la ganadería, además de la restauración de los bosques, ya que solo en 2020 se registraron casi 6 mil incendios forestales en las 32 entidades federativas.

Entre las estrategias clave para combatir el problema destacan: creación de nuevas áreas naturales protegidas, implementación del llamado carbono azul, fomentar el trabajo remoto, mejorar el transporte ferroviario e impulsar más la economía circular.

El programa nacional de trenes de la presidenta Sheinbaum camina también en el sentido de combatir el cambio climático, así como el énfasis que ha puesto en pronunciarse por la sustentabilidad con el uso de energías limpias y dejar atrás el consumo de combustibles fósiles.

Este 2024 se cumplen 14 años de la creación del programa y del primer Congreso Nacional de Investigación en Cambio Climático. A lo largo de este tiempo, el encuentro se ha consolidado como uno de los más importantes para la discusión de los desafíos climáticos en la región y el más grande en México.

En esta edición acudieron siete naciones, tres estados por parte de México, 28 universidades y 121 participantes, que debatieron sobre los temas emergentes para un planeta en transformación, subrayando la magnitud de las transformaciones que se experimentan en el contexto del cambio climático y el panorama que enfrenta la sociedad a nivel global y en el país.

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