Desde San Lázaro

Acapulco se niega a morir

Acapulco está listo para recibir a los asistentes al Tianguis Turístico, edición que, será la última a la que acudan expositores, tour operadores y compradores de alto nivel del producto turístico mexicano.

En estos días, Acapulco luce como en sus mejores momentos. Ello se debe a que el Tianguis Turístico inicia el 7 de abril, lo que obligó a sus autoridades, tanto municipales como del gobierno del estado, a meterle billete al puerto, no fue el caso de la Secretaría de Turismo federal, que al quedarse sin el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) prácticamente no aportó gran cosa, es más, la estructura de funcionarios que por más de 15 años participaron en la organización y en la operación fueron despedidos hace algunos días por el incompetente Miguel Torruco.

El Tianguis Turístico nació en 1975 y desde su creación se realizó en Acapulco, hasta 2011 en el que se volvió itinerante, pero ahora regresa a casa, hecho que es festejado en el puerto, ya que con su celebración se incrementan los flujos de visitantes y con ello la derrama económica.

El puerto enfrenta un coletazo violento del hampa, el más reciente acontecimiento sangriento fue la semana pasada con el vil asesinato de dos marinos, además de que en la Costera, a plena luz del día, mataron a cuatro personas en un bar.

La presencia del Ejército, la Marina y la Policía Federal se nota, principalmente en la zona turística; sin embargo, ello no ha inhibido a los delincuentes que luchan por mantener sus cotos de poder.

Hay esperanza de que con la Guardia Nacional mejore la seguridad, aunque los más escépticos se muestran pesimistas; en cualquiera de los casos las autoridades locales no se duermen en sus laureles.

La inseguridad y el envejecimiento de la infraestructura hotelera y de servicios pretenden aplastar a un destino turístico por antonomasia y que se niega a morir.

También hay que decirlo, han tenido gobernadores y presidente municipales que han hundido a Acapulco, como Ángel Aguirre, Rogelio Ortega, entre otros malandrines.

Ante todas estas adversidades Acapulco se mantiene en pie y pretendiendo ser un destino competitivo, que se ha revitalizado con inversiones privadas, nacionales e internacionales, principalmente en la zona diamante, además con el arribo de cruceros, así como más vuelos.

El gobernador Héctor Astudillo está trabajando a marchas forzadas para que la fuente más importante de captación de divisas, de ingresos y por supuesto de creación de empleos, siga adelante.

El turismo es la actividad que permitió que Acapulco floreciera a nivel mundial, y con Taxco e Ixtapa-Zihuatanejo forman esa trípode que le da viabilidad a uno de los estados de la República más pobres.

El ayuntamiento de Acapulco de Juárez es gobernado, por primera vez, por una mujer, la morenista Adela Román Ocampo, quien le ha dado orden al puerto en materia de vialidad, servicios urbanos y respuesta a las demandas más sentidas de la población. Su mano se empieza a notarse para bien; sin embargo, tiene un nido de ladrones en sus servidores públicos que despachan en las agencias recaudadoras del impuesto predial, quienes, sin rubor alguno, extorsionan a los acapulqueños que acuden a regularizar su inmueble y se encuentran con la oferta de "pagar por fuera", para evitar los recargos, gastos y multas.

Acapulco está listo para recibir a los asistentes al Tianguis Turístico, edición que, sin duda, será la última a la que acudan expositores, tour operadores y compradores de alto nivel del producto turístico mexicano, por la desaparición del Consejo de Promoción Turística de México, así como el desmantelamiento de la estructura operativa de Sectur federal.

Lo sentimos por la ciudad de Mérida, que se sacó la rifa del tigre como sede de la edición 45 de ese evento, en 2020.

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