Desde San Lázaro

AMLO vs. programas sociales de EPN

Ahora desaparecerá el programa de comedores comunitarios por voluntad presidencial, y mientras llegan los anhelados recursos, los beneficiados tendrán que volver a la búsqueda de alimentos.

¿Quedará vivo algún programa de política social implementado por Peña Nieto en este sexenio? Seguramente no, y no porque hayan sido malos algunos de ellos, sino porque con la nueva generación de programas sociales que pretende impulsar AMLO, que no es otra cosa que entregar en mano el recurso a la población beneficiada, se consolidará la base política-electoral que se usará en las elecciones intermedias, en la revocación de mandato y en la siguiente elección presidencial, que tendrá como joya de la corona la reelección de López Obrador.

Pero vayamos por partes, ahora están en la mira los comedores comunitarios, que son parte fundamental del programa denominado Cruzada contra el Hambre, que consisten de dar alimentos calientes a los sectores de la población que se encuentran en condiciones de marginación y pobreza extrema, con la participación de mujeres pertenecientes a las comunidades, quienes de forma voluntaria diario se ocupan en tan noble actividad.

Cuestionar el programa en sí no tiene razón de ser, ya que existen miles de testimonios sobre el impacto positivo que tenían, particularmente en las poblaciones rurales y en particular en los niños que, ahora sí acudían a los centros escolares alimentados de forma balanceada; sin embargo, con la bandera del combate a la corrupción, todos estos programas que se echaron andar en el sexenio anterior ya están estigmatizados por la palabra del presidente.

López Obrador aseguró que el retiro del presupuesto a los cinco mil comedores comunitarios forma parte de una limpia de programas sociales vinculados a irregularidades y desvío de recursos. Señaló que su gobierno revisa los proyectos de la entonces Secretaría de Desarrollo Social, bajo la sospecha de que no estaban dirigidos a gentes de bajos recursos, sino que el dinero se lo quedaban los responsables de los comedores.

Fiel a su costumbre no dio nombres ni montos ni mucho menos dijo en qué entidades del país ocurrían esos desvíos. Si así pasó que se refundan en la cárcel a esos servidores públicos sin escrúpulos, pero de eso a que cientos de pobladores se queden sin sus alimentos, es otra cosa.

La diputada del PRI y exdirectora del DIF nacional, Laura Barrera Fortoul, consideró que Morena, desde el gobierno federal, no aceptó mantener ningún programa social que no le diera rentabilidad electoral.

Efectivamente este es el quid del asunto, el criterio electoral predomina por sobre todas las cosas, sin importar que en ello afecten a sectores de la población en pobreza extrema.

Tuve la oportunidad varias veces de acudir a esos de centros comunitarios y pude constatar el dinamismo y vocación de servicio a la comunidad de las mujeres voluntarias, que sin mediar paga diario acudían a preparar los alimentos en beneficio de sus hijos y de toda clase personas que acudieran a probar un bocado.

Esa labor altruista no es fácil de ver, sobre todo en las comunidades que están alejadas de la mano de Dios.

Ahora desaparecerá este programa por voluntad presidencial, y mientras llegan los anhelados recursos los beneficiados tendrán que volver a la búsqueda del alimento diario, aunque en esto les lleve la vida.

"Se demostrará que no ayudaban y que los corruptos deben ser lampareados", sentenció López Obrador.

En el Senado surgieron las reacciones en voz de legisladores del PAN, quienes señalaron que el gobierno federal comete un grave error al pensar que todo lo que pase por una sociedad civil organizada se tenga que anular, pues en esa lógica se violenta a los grupos de escasos recursos o que no tienen posibilidades de acceder a algún programa.

COLUMNAS ANTERIORES

La CDMX para Taboada
De presunto delincuente a prócer de la 4T

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.