Desde San Lázaro

Corrupción en el sector energético

El empeño del presidente por defender a Bartlett, Nahle y Romero raya en la obstinación, puesto que la principal bandera que ha ondeado, la honestidad, es pisoteada todos los días por sus tres consentidos.

La corrupción se enquistó en Pemex, CFE y la Secretaría de Energía y a pesar de que a diario se afirma, desde Palacio Nacional, que " son diferentes", la realidad es que son peores, ya que no sólo desvían recursos públicos para su beneficio, sino que en medio de la pandemia, en lugar de apoyar a los millones de mexicanos que padecen sus efectos, tanto en la salud, como en la economía, clavan más el diente para sacar provecho. Uno a través de interpósita persona, su hijo, para vender ventiladores para enfermos del Covid-19 al IMSS; otra, mediante asignación directa, beneficia a su compadre, según el Reforma, en la construcción de Dos Bocas, con un contrato de cuatro mil millones de pesos; y el otro es tan inepto que lleva a la empresa pública más importante del país a la inminente quiebra.

La negligencia, la inexperiencia y la ineficacia tienen los mismos efectos que la corrupción.

Además de las denuncias contra Manuel Bartlett y Rocío Nahle, está el hecho de limitar la inversión privada en energías renovables y con ello fortalecer el uso de combustibles fósiles, como el carbón o el combustóleo.

El Reforma, en una información bien documentada, afirma que el Grupo Huerta Madre, del empresario veracruzano Arturo Quintanilla Hayek, se hizo de un contrato de la refinería de Dos Bocas, por cuatro mil 968.8 millones de pesos, mediante una adjudicación directa.

Dice el diario favorito de AMLO que el compradazgo entre Nahle y Quintanilla es público desde 2018 y la empresa beneficiada se constituyó unos días antes de la adjudicación, faltaba más.

De Octavio Romero Oropeza diremos que no las trae todas consigo, ya que pasará a la historia como el hombre que terminó de sepultar a la Empresa Productiva del Estado mediante la toma de decisiones desastrosas que, por supuesto, él sólo es coadyuvante de ellas, ya que quien las toma realmente es el presidente López Obrador, aunque asesorado por esta "trípode de funcionarios prototipos de la honestidad". Claro, hablamos en orden por la cuantía de su patrimonio: Bartlett, Nahle y Romero.

Estos tres personajes llevan a toda la industria energética del país al precipicio y si no me cree hay que esperar unas semanas para ver en qué nivel ponen las calificadoras a la deuda y bonos de Pemex y la CFE.

El desplome del precio del petróleo ha sido la puntilla, aunque persisten en tirar dinero producto de los impuestos de los mexicanos en la refinería de Dos Bocas, obra que sólo servirá para enriquecer a funcionarios corruptos.

El empeño por defender a estos tres angelitos por parte del presidente de México raya en la obstinación, aunque en el pecado llevará la penitencia, puesto que la principal bandera que ha ondeado López Obrador, la honestidad, es pisoteada por sus tres consentidos, todos los días.

Obvio, no pasará nada con las imputaciones hechas contra ellos, pero esto no se acaba hasta que se acaba, como decía un comentarista célebre de partidos de béisbol, dicho esto para que entienda el señor presidente.

Mientras, veremos una reprimenda y cancelación de la operación, tal como sucedió con los ventiladores que vendió el hijo de Bartlett al IMSS y a otra cosa mariposa.

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