Desde San Lázaro

El plan es la elección intermedia, no combatir la crisis

Si los empresarios se reúnen 100 veces con el presidente, no servirán de nada esos encuentros toda vez que los objetivos de él están definidos y son contrarios a la IP.

AMLO no va cambiar mientras la mayoría de los mexicanos no alcen la voz, mientras no lo hagan, el presidente seguirá en la ruta política que trazó desde que ganó la presidencia de la república para perpetuarse en el poder

A este objetivo supremo responde el plan para atender la contingencia por el Covid-19 presentado el pasado domingo en un solitario Palacio Nacional.

Para aquellos que esperaban un golpe de timón, se llevaron un chasco; otros más ilusos, casi se cortan las venas. Lo cierto es que el presidente detalló todo el plan para mantener la mayoría en el Congreso en las elecciones de 2021, así como ganar todas las gubernaturas que estarán en juego.

Luego, ganar la revocación de mandato para así trascender los límites de su sexenio.

Vayamos por partes, el presidente anunció que en los próximos nueve meses se crearán dos millones de empleos nuevos, pero lo que no señaló es que éstos serán producto del reparto del dinero público emanado de los fideicomisos que por decreto canceló.

Es decir, aumentará su base político electoral mediante las dádivas que dará a la población abierta.

Bajo esta fórmula, dice él, creará dos millones de empleos más.

No es que fuera a apoyar a las empresas, sin importar su tamaño, ni incentivarlas para que no sólo no despidieran a ningún trabajador, sino a crear más plazas de trabajo.

No, se trata de regalar dinero público que no es de él.

La continuación de las tres obras emblemáticas y faraónicas de la 4T ya raya en el capricho, en virtud de que éstas no representan una solución de fondo para atender la crisis económica. Al contrario, las tres obras: Santa Lucía, Dos Bocas y el Tren Maya son barriles sin fondo en donde se tirará el dinero proveniente del impuesto de todos los mexicanos.

La construcción de estas tres obras, cree el presidente, le daría más elementos para ganar la revocación de mandato y luego saltar la frontera sexenal, tal como lo hicieran en su momento Hugo Chávez, Nicolás Maduro y Evo Morales.

El plan mayor de AMLO es ganar las elecciones y la revocación de mandato, ese proyecto es lo que pasa por su mente, lo demás lo tiene sin cuidado.

La crisis de salud, económica y de inseguridad pública, las deja como elementos que pueden consolidar el proyecto de la 4T. Le caen como "anillo al dedo" porque así puede justificar el uso de ilimitados recursos públicos en aras de ese plan maestro.

Así que si los 'conservadores' quieren que el señor se dedique, como lo han hecho todos los presidentes del mundo, a apoyar a la planta productiva de sus países y a combatir la pandemia mediante la aplicación de más pruebas a la población, amén de preparar a toda la red hospitalaria y media para atender a los contagiados, pues están muy equivocados.

Si el Consejo Coordinador Empresarial y todos los organismos cúpula de los empresarios se reúnen 100 veces con el presidente, no servirán de nada esos encuentros, toda vez que los objetivos de él están definidos y son contrarios a la IP.

Al menos que el pueblo 'sabio y bueno', obligado por las circunstancias, esas que vienen ya impulsadas por la falta de dinero para llevar los alimentos a los hogares de buena parte de los mexicanos, salga a las calles obligados por la necesidad para saquear comercios y buscar hacerse justicia por su propia mano, no pasará nada que aborte el plan de AMLO.

No es que incitemos a la rebelión, simplemente estamos haciendo un ejercicio de prospectiva social, política y económica.

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