Cuando pensamos que habían pasado los tiempos en que el poder se centraba totalmente en el titular del Ejecutivo federal, caemos en la cuenta que con Andrés Manuel López Obrador esas facultades metaconstitucionales se han vuelto a concentrar en una persona y no sólo recobran vigencia, sino que además se cooptan a todos los organismos públicos independientes, amén de los otros dos poderes de la Unión, para en su momento, usarlos en la reelección.

Es una realidad, esta es la hoja de ruta que empezó a trazar AMLO desde antes de que asumiera el poder y no habrá voluntad en contra, por lo menos en el ámbito de las instituciones públicas, que se pueda oponer a ello.

Bajo esta lógica, la acumulación de poder y la reelección presidencial, se deben entender todas las decisiones de gobierno, desde la misma conformación del Paquete Económico 2020, hasta la celebración del 20 de noviembre.

En América Latina, la comunión de objetivos entre mandatarios de izquierda es más que evidente, por lo que observamos que los principales ejes de gobierno de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Evo Morales y Daniel Ortega toman como vórtice trascender el periodo presidencial por el que fueron elegidos.

Los cuatro han establecido desde campaña y luego con mayor vehemencia la revocación de mandato y bajo esta figura extender su periodo presidencial hasta que el pueblo se harte y los quite.

Los ejes del Foro de Sao Paulo van este sentido, en donde a la democracia y la alternancia la ven como una amenaza a sus intereses reeleccionistas.

A esa cuarteta de dictadores hay que empezar a considerar a López Obrador, que si bien es cierto que apenas va a cumplir un año al frente del Ejecutivo, la realidad es que todo el nuevo andamiaje legislativo está articulado hacia su reelección.

A los sectores de la sociedad que creen que esta postura es propia de mentes obtusas y resentidas que en todos lados observan moros con tranchetes, están equivocados, ya que, como la maquinaria de un reloj de alta precisión, todo está perfectamente articulado para que ello ocurra.

La cándida oposición representada incluso por el PAN y qué decir del PRD, MC y del PRI, caen sistemáticamente con el señuelo de otros dulces y de espejitos sin valor, dados a cambio mientras no entorpezcan el propósito mayor.

Señores legisladores, el presidente López Obrador va por todas las canicas al pretender saltar su periodo presidencial y bajo ese tamiz ahora no le quita el sueño ni la criminalidad y el nulo crecimiento económico.

Soterradamente se apodera de aquellas instituciones que pueden representar un contrapeso a sus reales aspiraciones como el Poder Judicial, la CNDH y ahora se va a tragar al INE completito, no obstante las patadas de ahogado que dé su titular, Lorenzo Córdova.

El acento que ha puesto AMLO en fondear sus programas sociales tiene como finalidad la cooptación de miles de mexicanos que, llegado el momento, saltarán a la palestra para pedir que siga en el poder. De esto se trata la 4T.