Desde San Lázaro

Hasta la vista, Yeidckol

López Obrador ha permitido que las cosas en Morena se salgan de control y todo porque el liderazgo de Polevnsky se mantenga con alfileres.

El peor escenario rumbo a las elecciones intermedias del 2021 para el partido del presidente López Obrador se está gestando con la escisión tan profunda que existe en su seno, ocasionada por Yeidckol Polevnsky, secretaria general en funciones de presidente, así se ostenta, al pretender mantenerse en ese cargo.

La rebelión en la granja en Morena logró nombrar a un presidente interino, figura que no existe en sus estatutos, en la persona de Alfonso Ramírez Cuéllar, quien tendrá como mayores retos, recobrar la unidad, al tiempo de expulsar en puestos de dirección a Polevnsky.

Las vencidas que se juegan por quedarse con el control de Morena están en uno de sus momentos más álgidos, ya que mientras Bertha Luján, respaldada por el ala de los fundadores de Morena, intenta hacerse del control; otros actores políticos como Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum pretenden llevar agua a su molino, con sus esbirros, léase Mario Delgado y Alejandro Rojas Díaz Durán, entre otros.

Diremos que el gabinete y los principales protagonistas de la vida política de Morena ya tomaron partido por algunos de los liderazgos que hemos mencionado y que, de no ser porque prevalezca la cordura, el choque de trenes es inminente.

Para empezar, si alguien cree que Yeidckol se mantendrá en la dirigencia nacional, está totalmente equivocado y ello a pesar que tiene controlado algunos órganos del instituto político que presidía, además de que en la impugnación que presentó ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, le asiste cierta razón, debido a que se violaron algunos estatutos internos que dieron pie a la elección de Ramírez Cuéllar.

Sin embargo, más allá de estas consideraciones debemos decir que la señora Polevnsky ya no se podrá sostener al frente de Morena, sobre todo, merced a que desde hace varios meses, dejó de estar en el ánimo del presidente de la República y aunque éste ha dicho que no se mete en la vida interna de Morena, lo cierto es que ante la elección intermedia del 2021, no puede darse el lujo de soltar el partido a otros intereses que no sean los suyos.

Vamos, no solo está en riesgo de perder la mayoría en la Cámara de Diputados federal y algunas de las 14 gubernaturas que estarán en juego, sino que, al siguiente año, entrará por primera vez en la historia, la figura de revocación de mandato en donde se juega AMLO su continuidad en el poder.

López Obrador ha permitido que las cosas en Morena se salgan de control y todo por permitir que el liderazgo de Polevnsky se mantenga con alfileres.

Bertha Luján, no obstante que tiene todo el apoyo por parte de los superdelegados y la gente cercana al presidente que despacha en oficinas ubicadas alrededor del Zócalo capitalino, no ha podido desmantelar la estructura de alianzas que construyó la expresidenta en el Comité Ejecutivo Nacional, además de la falta de oficio político para construir alianzas con otras tribus de Morena.

Crisis y juego de vencidas. El resultado, el que sea, ya dañó a Morena y al presidente de la República.

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