Desde San Lázaro

La delincuencia gobierna la CDMX

En el pasado, los capitalinos se atenían a la protección de las autoridades policiales, ahora se defienden con sus propios recursos.

Será el sereno, pero con Claudia Sheinbaum se dispararon los índices delictivos, lo que ha obligado a la ciudadanía a redoblar su protección con el riesgo, como ya pasó recientemente en Xochimilco, de ajusticiar inocentes.

La delincuencia está desbordada mientras que la policía se reorganiza mediante el plan de cuadrantes y la incorporación de más elementos, amén de intentos de profesionalizarla.

El coletazo de los malandros es de enormes proporciones y responde a diversas causas, una de ellas es el relevo de todos los mandos policiacos que por años se enquistaron en la corporación, extorsionando a los elementos bajo su mando y manteniendo alianzas y protección a los criminales.

Al despido y rotación de mandos vinieron las represalias; primero, la venganza de los policías corruptos, y segundo, el impasse que se está dando para que la nueva estrategia en el combate a la seguridad, que hecho andar la jefa del Gobierno capitalino, no tenga efecto.

Hace algunos días engrosaron las filas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) tres mil 500 nuevos elementos; de ellos, más de la mitad será asignado a las demarcaciones con mayor incidencia delictiva: GAM, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Tlalpan, Iztapalapa y Benito Juárez.

Jesús Orta Martínez, titular de la SSC, tiene en sus cuadrantes una gran fortaleza para abatir la inseguridad; sin embargo, se requiere tiempo y que continúe con su tarea de zapa para exterminar a los malos elementos de la corporación.

Así como hay elementos que dan su vida por proteger a la ciudadanía, y de esos por fortuna son la mayoría, también hay delincuentes con uniforme que cobijan a ladrones, distribuidores de droga e incluso a asesinos.

En el pasado, los capitalinos se atenían a la protección de las autoridades policiales, ahora se defienden con sus propios recursos. Se organizan y crean redes de contacto mediante las redes sociales, alarmas, cámaras de videovigilancia y guardias nocturnas.

En Tlalpan, por citar un ejemplo, que mal gobierna Patricia Aceves Pastrana, se han recrudecido los feminicidios, los robos a casa habitación y negocios, así como los secuestros, particularmente en la zona media y baja del Ajusco, sin que haya autoridad que impida el daño a las vidas y patrimonio de sus habitantes.

Los secuestros de niñas y jovencitas están a la orden del día. En los alrededores del pueblo de Santo Tomás y del Xitle por lo menos se han reportado 10 casos de desapariciones de adolescentes, y la desesperación de familiares se topa sólo con la incompetencia de las autoridades.

Vamos, hasta los edificios de condominios que hay en la zona padecen robos, tanto en los departamentos como en los estacionamientos, donde lo menos grave es el hurto de las llantas de los automotores estacionados.

Las narcotiendas siguen trabajando a todo vapor y no es raro encontrar 'uno que otro muertito', particularmente los fines de semana. Hay hordas de adictos a las drogas que se dedican, como una actividad laboral, a asaltar para mantener su vicio.

Suena a exageración, pero lamentablemente son hechos cotidianos. Basta ser vecino de la zona para constatarlo.

Hace dos días pobladores de San Juan Tepeximilpa, en Tlalpan, intentaron linchar a una pareja que merodeaba en escuelas primarias, fotografiando a los alumnos.

Así ocurre en Tlalpan y en casi todo el territorio de la gran metrópoli.

Soy testigo de un intento de robo a casa habitación en la colonia San Pedro de Los Pinos, Benito Juárez, en donde tres delincuentes, a plena luz del día, se metieron a robar en un edificio, y si no es por los propios vecinos que los detectaron por las cámaras de seguridad y los pusieron a resguardo de los policías, estaríamos lamentando otra tragedia.

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