Desde San Lázaro

La sobremesa en Palacio Nacional

Las croquetas de pejelagarto servidas en la comida, aplacaron el ánimo de los belicosos y tal grado que la plática central versó sobre el béisbol y algunos chistoretes que relajaron el ambiente.

Después de la comida con el presidente López Obrador, a los gobernadores y la jefa de gobierno de la CDMX les quedaron varias cosas muy claras, la primera es que todo el entramado jurídico con las respectivas reglas de operación del INSABI, fue de una irresponsabilidad mayúscula del Congreso por lo que tardará un tiempo para que este nuevo organismo se encargue del cuidado y atención de la salud de los sectores más vulnerables de la sociedad, por lo que el Seguro Popular seguirá operando en algunas de la entidades. De hecho, ya se prepara en la Cámara de diputados federal, por parte de todos los partidos políticos, emprender los ajustes legislativos necesarios para que funcione a cabalidad.

Segundo; en el tema de la seguridad pública no hay avances significativos mientras no se destinen mayores recursos presupuestales y se carezca de una estrategia de seguridad con objetivos en la recuperación de territorios que están en manos del hampa, y que esta, la estrategia, esté articulada entre los tres poderes de la Unión y los tres niveles de gobierno.

Los nuevos lineamientos que aprobó la Conago que normarán las mesas de seguridad en las entidades del país, señalan que no será obligatoria la presencia de los gobernadores, no serán forzosamente "mañaneras", ni se llevarán a cabo en las zonas militares de los Estados e incluso podrá prescindirse de los superdelegados.

Este es el resultado del balconeo que se hizo en Palacio Nacional a los gobernadores "incumplidos" lo que, sin duda, causó gran malestar entre ellos, y por eso se determinó por ambas partes, terminar la diferencia con estos nuevos lineamientos.

Anteponer la neutralidad política en materia de seguridad pública al hacer prevalecer la unidad, el respeto y el trabajo conjunto, fue una línea discursiva expresada por Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán, que fue bien recibida.

Desde luego, el ambiente de la comida con el presidente fue cordial y respetuoso, "fue una convivencia plagada de cordialidad, nada de temas de gobierno a decir del gobernador priista de Sinaloa, Quirino Ordaz, aunque prevalece el recelo, decimos nosotros, por parte de los mandatarios estatales, particularmente del PAN, MC, PRD y el gobernador independiente de Nuevo León.

El frente de gobernadores azules ahora lo comanda Martín Orozco, gobernador de Aguascalientes y por la belicosidad mostrada en affaire contra el gobierno federal, habrá otros capítulos fuertes sobre los desencuentros con el gobierno de la 4T.

Las croquetas de pejelagarto servidas en la comida, aplacaron el ánimo de los belicosos y tal grado que la plática central versó sobre el béisbol y algunos chistoretes que relajaron el ambiente.

Se habla que en la comida hubo reclamos de gobernadores, lo cual es una absoluta mentira, ya que durante la degustación del menú tabasqueño, las cosas estaban más que tranquilas.

Veremos qué tanto sirvió la comida cumbre para limar las asperezas, seguramente no de mucho, ya que la ruta política electoral rumbo al 2021 ya empezó y por ello toda estará contaminado por las aspiraciones políticas y de poder de los protagonistas y partidos políticos.

Así que mientras el presidente tiene muy clara la ruta rumbo al 21, después, la revocación de mandato y la elección presidencial del 2024, los gobernadores solo atisban su horizonte local, aunque algunos ya ven posibilidades de seguir en la refriega política con nuevos proyectos políticos de mayor envergadura.

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