Hugo López-Gatell rompió la regla de oro de no brillar más que el jefe y menos sacar raja política de la tragedia. Los espectaculares en varios lugares del país con la fotografía del subsecretario de Salud conminando a la población a cuidarse ante la pandemia fueron la gota que derramó el vaso, por lo que le pusieron un coscorrón en cadena nacional.
La amonestación amistosa a Javier Alatorre por parte del presidente López Obrador causó más ternura que temor y el extrañamiento de Segob, que preside Olga Sánchez Cordero, a TV Azteca fue tan solo para cumplir con el expediente de meter en cintura a un concesionario de televisión por violentar con su llamado a no hacer caso al funcionario de Salud en torno a las medidas sanitarias de protección ante el coronavirus.
De hecho, fue una carambola de tres bandas: primero, el presidente mandó un mensaje a la nueva estrella del firmamento de la 4T a que no rebase la raya del futurismo; segundo, a los demás miembros del gabinete les advirtió que calladitos se ven más bonitos; y tercero, a mantener contentos a varios gobernadores que se han quejado de los aires de grandeza de López-Gatell por ni siquiera tomarles la llamada.
Ricardo Salinas Pliego no se iba a aventar un tiro de enfrentarse a su principal mecenas y menos ahora que le han permitido continuar con la operación de sus negocios de ventas a plazos chiquitos.
Lo curioso y simpático del asunto es que los amlovers, esos que pululan en las redes sociales, como bots o como personajes que a la mínima provocación se lanzan con todo contra los detractores de AMLO, se fueron contra la televisora del Ajusco y su propietario al hacer un llamado a boicotearlos, sin reparar que fue una orden del gobierno que tanto defienden.
Ni en Televisa ni en TV Azteca se mueve nada sin el consentimiento del 'preciso', por ello, solo a los ilusos sorprendió el descontón dado por Javier Alatorre en su noticiero a un funcionario que se creyó que tenía alas de vicepresidente y que podía sin empacho capitalizar su presencia diaria en los medios para avanzar rumbo a su máxima aspiración: suceder al presidente López Obrador.
Tanto los cercanos como los que se acaban de incorporar al equipo de la 4T saben que el presidente no permite que nadie tenga mayor protagonismo que él y cuando lo hacen debe ser con su total venia y si no la tienen que se atengan a las consecuencias.
Esa máxima priista de quien "se mueve en la foto no sale", ha recobrado vigencia con el estilo de gobernar del tabasqueño.
Por varias vías se le mandó el mensaje al subsecretario de Salud que le bajara a su protagonismo, incluso desde el interior de la Secretaría, pero ni así entendió.
Para nadie es un secreto que la SSa está partida por los aires de grandeza de López-Gatell.
La instrucción que tiene López-Gatell es dar el parte del avance del Covid-19 y mantener las cifras de la pandemia razonablemente bajas, de lo demás se encargan otros miembros del gabinete como Marcelo Ebrard o Jorge Alcocer.