Desde San Lázaro

PAN, PRI Y PRD, coaligados vs. AMLO

El PAN, PRI y PRD han conformado una alianza electoral en 158 municipios para con ello buscar la mayoría en la Cámara de Diputados.

En una contienda desigual en donde la oposición se enfrenta al Estado y a una maquinaria de comunicación electoral cuya máxima expresión es la mañanera, el PAN, PRI y PRD han conformado una alianza electoral en 158 municipios para con ello buscar la mayoría en la Cámara de Diputados.

De entrada, se aprobó por parte del PAN que se postulen con el Revolucionario Institucional y el partido del sol, candidatos comunes a la Cámara baja en la elección federal de 2021.

De 300 distritos, se acordó que las tres fuerzas irán coaligadas en 158. El blanquiazul encabezará 61, el tricolor 53 y los amarillos 44.

Desde luego, para algunos panistas la alianza con el PRI les causa escozor, sin embargo, es la única manera de ser competitivos ante el partido en el poder, toda vez que no se trata de una justa con suelo parejo, en virtud de que el presidente López Obrador a diario lleva agua a su molino, gracias a sus conferencias matutinas que no tienen nada de informativas y sí, por el contrario, se trata de abierta propaganda electoral a favor de su proyecto político.

Cierto, para muchos la simple mención de una alianza electoral entre el PAN y el PRI es impensable, empero, propósitos superiores deben prevalecer y anteponerse a esos principios doctrinarios e ideológicos que rigen la actuación de los partidos políticos.

Los momentos que vive el país ante el poder aplastante del presidente de la república, exige altura de miras en los partidos políticos considerados de oposición. Éstos y los sectores de la sociedad opositoras al gobierno, tienen en claro que si no se crea una gran sinergia y comunión de propósitos en torno a quitarle mayoría en la Cámara de Diputados a AMLO, poca cosa se podrá hacer en la revocación de mandato y en la madre de todas las elecciones, la de 2024.

Ante el regreso de la presidencia imperial en donde no se mueve nada sin la venia del presidente, sólo el camino institucional que representan las elecciones democráticas puede revertir esta tendencia, por ello es loable el esfuerzo que hacen estas tres fuerzas políticas al ir coaligadas en las elecciones del próximo año.

Más allá de posiciones de poder estamos ante la disyuntiva de continuar con el actual régimen con tintes totalitarios o por una opción, diremos más democrática e incluyente.

El dilema tiene varias opciones; seguir con la ineficacia, la simulación y demagogia o de plano cambiar por opciones que atiendan las necesidades de la gente en un escenario dantesco, causado por la pandemia y el mal gobierno.

La elección del próximo año será inequitativa ya que intervendrá el Estado en favor del presidente y de sus intereses, de eso no hay ninguna duda.

El presupuesto y todas las instituciones político-electorales están alineadas en favor de que triunfe en las elecciones intermedias, Morena y sus aliados, ahora reforzados por otras tres nuevas fuerzas políticas que lograron su registro como partidos, merced a una actuación parcial del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, comandado por el tramposo José Luis Vargas Valdez.

En estos poco menos de seis meses que faltan para el seis de junio del próximo año, seremos testigos de la guerra sucia, principalmente por parte del lado del gobierno, quien entre las barajas a jugar tendrá el tema de la corrupción de personajes emanados del PRI y el PAN, aunque del otro lado también hay muchos elementos de contraataque, representados por la familia del presidente de la República, como Pío Obrador y su prima Felipa Obrador, aunque seguramente faltan por descubrir otros personajes ligados a la 4T.

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