Desde San Lázaro

Testigo incómodo

AMLO ha superado a su antecesor, al participar en una reunión “secreta” con el yerno de Trump y con Televisa.

Inaceptable que el encuentro entre el Presidente de México y Jared Kushner, asesor y yerno de Donald Trump, ocurriera en el domicilio particular de un alto ejecutivo de Televisa, Bernardo Gómez, y más aún, que la versión oficial que diera la Cancillería mexicana sobre lo acordado en la reunión es contradictoria a lo señalado por López Obrador.

Vamos por partes, no sólo se trata de que López Obrador no se diera su lugar, sino de que, a ciencia cierta, se desconoce cuál fue el quid de la reunión y por qué se realizó ante un testigo que bien pudo obtener información privilegiada derivada de asuntos prioritarios de la agenda bilateral entre México y Estados Unidos.

El tufo de sospechosismo que ha generado el encuentro se hubiera evitado si sencillamente se cumple con los protocolos existentes para el caso; sin embargo, el gobierno de la 4T se ha caracterizado por pasar por alto, eso que se llama, el respeto al Estado de derecho y a la Carta Magna.

AMLO dio una explicación en la cual trató de restarle importancia a la cena del 19 de marzo, y sólo se concretó en decir que fue un acto de amigos para la reconciliación nacional e histórica; en contraparte, la Cancillería mexicana informó que se trataron asuntos comerciales y temas bilaterales delicados.

De cuando acá un encuentro diplomático del más alto nivel entre México y el vecino país del norte se da en lo oscurito, y aunque ya se explicó hasta el cansancio la estrecha relación de amistad que existe entre Bernardo Gómez y Kushner, lo cierto es que el Presidente de México tenía que haber realizado el encuentro, ya no digamos en un recinto oficial, sino en un lugar privado.

Como cita la revista Proceso, en Estados Unidos el presidente no podría tener en la casa de un empresario o particular, conversaciones oficiales con el representante de un gobierno extranjero, empero aquí eso no tiene la menor importancia.

Andrés Manuel se cansó de criticar a Enrique Peña Nieto por haber traído a Los Pinos al candidato republicano, y también sus huestes lanzaron dardos venenosos contra el mexiquense por investir a Kushner con la Orden del Águila Azteca; y fue una bandera de la oposición contra Peña estigmatizarlo como "el presidente de Televisa".

Ahora, como Presidente, AMLO ha superado a su antecesor al participar en una reunión "secreta" con el yerno de Trump y con Televisa.

Desde San Lázaro, la diputada Mónica Bautista Rodríguez (PRD) sostuvo que se violaron todas las normas diplomáticas e institucionales establecidas para construir una negociación a espaldas del pueblo mexicano.

La también secretaria de la Comisión de Relaciones Exteriores exigió al titular del Ejecutivo federal "no hacer compromisos a nombre del pueblo mexicano, mucho menos a espaldas del mismo".

Bautista consideró que este tipo de reuniones está fuera de las normas institucionales y diplomáticas, por lo que fractura el perfil democrático del actual gobierno.

Los temas que se trataron en la reunión, además de la migración centroamericana, en donde México se ha convertido en la policía migratoria de Estados Unidos: la posición del gobierno de México ante Venezuela; el T-MEC, y la construcción de muro con recursos mexicanos.

A todo esto, Marcelo Ebrard debe dar el parte oficial de la agenda tratada, además de explicar quién pidió la reunión para tratar políticas de cooperación bilateral entre los gobiernos de México y Estados Unidos, y por qué no se realizó, al menos, sin testigos incomodos.

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