Desde San Lázaro

Van por el dinero de los fideicomisos, Afore y reservas internacionales

El gobierno de la autollamada 4T no descansará hasta que entren los recursos de estas tres áreas a las arcas de la SHCP.

Si el gobierno de López Obrador está en quiebra, por qué se sorprenden que busque hasta por debajo de las piedras el dinero que les hace falta para seguir fondeando los programas político-asistenciales y la construcción de la refinería que está en el lago de Dos Bocas, el aeropuerto de los mamuts y el tren que devastará la selva del sureste del país.

Los fideicomisos, las Afore y las reservas internacionales del Banco de México están en la mira del gobierno de la autollamada 4T y no descansarán hasta que entren los recursos que manejan a las arcas de la SHCP.

Con el pretexto de la pandemia, están jalando dinero de todos lados, pero lo paradójico es que directamente no se ha canalizado recurso alguno, por ejemplo, para establecer un fondo de ayuda a las empresas o más aún, presupuesto al sector salud o a las entidades federativas.

En resumen, los recursos producto de la deuda que ha contraído el gobierno de México y ahora el billete de los fideicomisos no van a contrarrestar los efectos de la crisis sanitaria y económica, sino a fortalecer los propósitos electorales del presidente de la República.

Desde San Lázaro, han surgido propuestas de diputados del PT, para no ser tan evidentes, en torno a apropiarse de las reservas internacionales para apuntalar el proyecto de la 4T y para "combatir la marginación y la pobreza del pueblo".

Un ejemplo que pone en evidencia la necesidad de conseguir recursos frescos fue lo que pretendieron hacer los diputados de Morena y aliados, mediante una chicanada legislativa, propia de bandidos de la peor ralea, con los más de 33 mil millones de pesos del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos

Los diputados del PAN, PRI, MC y PRD, así como el diputado sin partido, Carlos Morales, integrantes de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, decidieron abandonar la sesión de la misma, ante lo que calificaron como un albazo legislativo, en el que se pretendió agregar un transitorio para disponer de más de 33 mil millones de pesos del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos.

El agandalle que, por fortuna no ha prosperado, lo impulsó el diputado de Morena, César Agustín Hernández Pérez, quien presentó una reserva con la pretensión de agregar, a través de un artículo transitorio, que se trasladaran recursos del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, que son etiquetados en el presupuesto como fondo para la salud y el bienestar, por lo que de manera automática se pondrían a disposición a la Secretaría de Hacienda.

Ante este albazo, los legisladores inconformes, en defensa de los recursos públicos, decidieron retirarse en virtud de que ese fideicomiso no formaba parte de la lista los que originalmente consideraba desaparecer el dictamen. Esta maniobra pretendía direccionarle recursos directamente a la Secretaría de Hacienda para que los canalizara supuestamente para atender la pandemia provocada por el Covid-19, cuando estos recursos ya están etiquetados y destinados a la protección en casos de enfermedades graves.

Estos recursos son la única alternativa con la que cuenta la población que no tiene seguridad social, es decir, que no está protegida ni por el IMSS, ni por el ISSSTE, ni ninguno otro sistema de salud que pudieran brindarle atención médica, por lo que es el último recurso para la población en general para enfrentar enfermedades crónicas, o enfermedades graves que afectarían su escaso patrimonio. El Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos atiende cerca de 65 padecimientos enlistados, que habilitan la solicitud de recursos, entre los cuales está el cáncer, enfermedades hepáticas, renales, entre otros.

Argumentan los legisladores del PAN, PRI, MC y PRD que "es cierto que la pandemia reclama recursos económicos, pero no se les pueden quitar a un fondo que atiende los padecimientos de las personas de más bajos ingresos. En lugar de extinguir este fondo, debe valorarse que esos recursos provengan de los grandes proyectos de infraestructura que actualmente tiene el Presidente, y así disponer de más de 100 mil millones de pesos que representan las tres principales obras: el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, y el aeropuerto de Santa Lucía".

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