Durante las últimas semanas nos hemos despertado casi todos los días con una nueva noticia relativa a la industria eléctrica. Por si fuera poco, nos encontramos en un entorno nunca visto: una pandemia que ha inmovilizado prácticamente la actividad económica durante estos meses. En este contexto, el sector industrial muestra su preocupación sobre cómo será la vuelta a la normalidad con el objetivo de ser más eficientes y reducir los costos operativos. Sobre todo en la mediana y gran empresa, en la que la electricidad es uno de sus principales insumos. Para ello, la mejor opción que existe en este momento es voltear hacia el Mercado Eléctrico Mayorista. Vale la pena detenerse un momento para explicar su origen, evolución y futuro.
Comencemos recordando la paradoja de Zenón, que muestra la historia de Aquiles (la industria privada) y la tortuga (CFE): Dos entes que compiten por llegar al consumidor, en el que uno tiene a su favor una ventaja inicial, pero carga con el peso de la restricción presupuestaria del Estado como caparazón. El otro tiene a su favor el vertiginoso avance tecnológico que abarata sus costos. La paradoja, originalmente, propone una carrera infinita en la que la tortuga nunca será alcanzada por Aquiles, ya que, al estar en movimiento perpetuo, siempre se acerca, pero nunca la vence. Así, en un entorno de competencia económica, no se trata de vencedores y vencidos, si no de equiparar las distancias y que el consumidor pueda elegir.
En 1960, México nacionalizó su industria eléctrica, concentrando toda la cadena de valor en una sola empresa monopolística que creció de la mano de la industria mexicana, pero que en 1991 únicamente alcanzaba una capacidad instalada de 26.8 GW. Cabe señalar que en un país con mucho menor población como España dicha potencia era en la misma fecha de 40 GW. Estaba claro que se tenía que avanzar más rápido con el TLCAN en gestación, por lo que CFE comenzó a permitir alianzas con el sector privado. A través de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica pudo ofrecer una primera solución de abastecimiento eléctrico a la industria (mediante Sociedades de Autoabasto y Productores Independientes de Energía), con las que el sector privado construyó centrales e infraestructuras de transmisión para uso exclusivo de la CFE. Sin embargo, con la reforma energética en 2013, se diseñó un escenario en el que se pudiera competir bajo reglas claras y criterios técnicos. El mundo miró hacia México y aplaudió al ver nacer el Mercado Eléctrico Mayorista.
Aquiles, nuestra particular personificación del sector privado, empezó a competir con gran esfuerzo, bajando cada vez más los precios a los que se comercializaba la energía. Incluso rompió récords mediante las Subastas de Largo Plazo. Iba en el camino correcto, tanto que, para inicios de 2020, la capacidad instalada de generación en México fue de 83.75 GW. Aquiles se acercaba a la tortuga bajando el costo de la electricidad para todos. Pero, al igual que en la clásica paradoja, hoy parece que cada paso que da el sector privado no logra alcanzar a la tortuga. Esta vez no es porque ella también avance, sino porque Aquiles se enfrenta con nuevas trabas y el camino se complica.
Las Sociedades de Contratos Legados que en 2019 representaron 38,818 GWh entregados en 47,581 puntos de carga (entre ellos están las principales industrias del país), tendrán un incremento de entre 200% y 400% por un nuevo costo de porteo aprobado por la CRE y publicado la semana pasada en el DOF. Este incremento era previsible, dado que el diferencial entre el que se cobró por las cargas (porteo tipo estampilla postal) y el de transmisión del MEM, supuso un déficit de 6 mil millones de pesos en 2019. Una cifra esta que fue distribuida entre todos los participantes del mercado y que significó una disminución de su eficiencia. En su reporte del año 2019, el Monitor Independiente del Mercado ya estimaba un incremento de entre el 150% y el 233% para subsanar esta asimetría en el mercado.
El arma secreta de Aquiles tiene que ser el Suministro Calificado, donde Nexus Energía es un experto con una muy larga trayectoria en el sector. Una opción ideal, ya que es capaz de absorber el riesgo de compra de energía dentro del Mercado Eléctrico Mayorista y ofrecer perfiles de generación con ventajas para el usuario final. La recomendación que extendemos a la industria es que, en estos tiempos de incertidumbre, aún hay oportunidades para ahorrar participando en el Mercado Eléctrico Mayorista para definir una nueva ruta y poder optimizar la factura de electricidad.