Con el nombramiento de esta semana del general Pedro Lohmann Iturburu como nuevo director general de Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), la militarización del gobierno federal es innegable.
Nadie cuestiona la probidad del general Lohmann Iturburu, quien tiene una extraordinaria experiencia militar, pero nada explica el porqué de su nombramiento, excepto la intención del presidente de nombrar militares a los puestos claves en el gobierno.
Las preguntas son ¿por qué?, ¿cuáles son las intenciones reales del presidente?
Hay varias hipótesis para explicar por qué Andrés Manuel López Obrador continúa agregando funciones, responsabilidades y proporcionando recursos a las Fuerzas Armadas: el estilo de liderazgo del presidente nunca permitió que tecnócratas y expertos formaran parte de su equipo cercano. Personas que podríav guiarlo y al mismo tiempo cuestionarlo. Como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, literalmente tiene un ‘ejercito’ que seguirá sus órdenes sin cuestionar la legalidad o la viabilidad de lo que está ordenando. ¿Será un problema de liderazgo?
Otra hipótesis es que la visión de AMLO para México requería la destrucción de las instituciones para asegurar la supervivencia de la cuarta transformación. El presidente siempre expresó su falta de respeto a las instituciones, especialmente si no reflejaban su visión personal del país. Pero también es claro que no anticipó lo difícil que es gobernar sin tener instituciones funcionales, especialmente durante una crisis como la pandemia del COVID19. Ante la destrucción de las instituciones civiles, la respuesta inmediata era usar las Fuerzas Armadas para reemplazar a funcionarios en todos los niveles del gobierno federal.
No deberían sorprendernos más nombramientos de militares activos como subsecretarios y secretarios. ¿El reemplazo del fiscal general de la Republica podría ser un general en activo? No sería la primera vez, ya que el presidente Vicente Fox nombró al general Rafael Macedo de la Concha como procurador. Seguramente tendrá una extraordinaria carrera, la pregunta es ¿por qué?
De nuevo, ante el vacío de gobernabilidad, uso la última instancia que le queda a cualquier gobierno, que son sus Fuerzas Armadas. No porque el crea que las Fuerzas Armadas puedan reemplazar a funcionarios civiles, sino porque simple y llanamente no confía ni cree en los pesos y contrapesos que proporcionan los tecnócratas. Sus objetivos siempre fueron destruir, no construir instituciones civiles que podrían ser la base de su legado político e histórico. Para AMLO, el futuro de México termina en 2024. Lo que suceda después ya no es su responsabilidad, excepto asegurar que su familia y personas allegadas no terminen en la cárcel. Pero probablemente la historia no será amable con López Obrador. Pero la gobernabilidad (o ingobernabilidad) será la responsabilidad del presidente en turno, escogido y bendecido por AMLO.
Pero el impacto de la cuarta transformación en las Fuerzas Armadas afectará generaciones de soldados, pilotos y marinos que nos podrán anticipar cuáles son sus funciones fundamentales, destruyendo probablemente una de las instituciones que históricamente ha tenido más credibilidad en la historia de México.
Esta podría ser otra razón de la militarización del país : AMLO no acepta que otra institución históricamente tuviera más credibilidad que él, como presidente. López Obrador jamás permitiría que alguna institución le haga sombra, hay que debilitar su credibilidad y la mejor forma de hacer esto es asegurar que las Fuerzas Armadas participen en todo, y al mismo tiempo no se especialicen en nada. Desde bailarines en los múltiples desfiles, resguardo de medicinas, proteger las boletas electorales, plantar arbolitos para el programa Sembrando Vida, entregar libros de texto, la construcción de trenes, aeropuertos y muelles. Parece que las Fuerzas Armadas se involucran en las funciones básicas de la gobernabilidad del país.
Pero con el aumento de responsabilidades, parecería que incrementan las fallas en las responsabilidades básicas de las Fuerzas Armadas, que es proporcionar seguridad a los mexicanos.
Lo más preocupante de esta militarización del país es que habrá mucha tentación de abusar de las capacidades y recursos que tienen las Fuerzas Armadas, para cualquier gobierno.
Tal vez los objetivos del maquiavélico de López Obrador sean encaminar al Ajercito y la Marina para ser los chivos expiatorios. Si fracasa su cuarta transformación, especialmente debido a la violencia que se vive en el país, ya sabemos quién será culpable desde la óptica del presidente Lope Obrador. Alguien tendrá que asumir la responsabilidad del fracaso.