Análisis sin Fronteras

Error histórico de López Obrador

Los enfrentamientos públicos entre las ‘corcholatas’ dan la impresión de que López Obrador está perdiendo control sobre el proceso electoral de 2024.

Es difícil imaginar que el presidente Andrés Manuel López Obrador hubiera planeado terminar este año con los problemas y retos que enfrenta en este momento: la unificación de la oposición ante la defensa del INE y del actual sistema electoral y los públicos enfrentamientos entre las corcholatas dando la impresión de que está perdiendo control sobre el proceso electoral en el 2024.

Algunos analistas podrían señalar que todo lo que sucede en este momento esta “fríamente calculado”, por el maquiavélico de López Obrador, quien en este momento juega un complicado juego de ajedrez, moviendo y sacrificando piezas para evitar un jaque mate. Adicionalmente esta poniendo a prueba sus “peones” buscando balconear a los que no están dispuestos a sacrificar todo -incluyendo honor y futuro político- por seguir las órdenes y caprichos del emperador López.

Otra forma de entender lo que esta sucediendo es que las ocurrencias, berrinches y malas decisiones por fin alcanzaron a López Obrador, y lo único que le queda es tratar de usar las mañaneras para seguir amenazando y burlándose de los conservadores, neoliberales de la oposición. Así, distrayendo la opinión pública de la guerra intestina dentro de Morena.

A estas alturas parece un cliché decirlo, pero el siguiente presidente o presidenta de México no dependerá de las campañas, ni de los candidatos. Dependerá de la intensidad del conflicto (que ya inició) por definir la candidatura. Y aunque el Presidente todavía cree que puede controlar el proceso, y a finales del año que entra estaría anunciando quién será su candidato, parecería que las corcholatas tienen que proteger su futuro político y la posibilidad de continuar viviendo en México: la guerra será a muerte y solo el candidato o candidata sobrevivirá. En 2024 terminará el futuro de Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard o Adán Augusto López, y posiblemente enfrentará investigaciones penales. Esto gracias, en parte, por el legado de su presidente que a punta de amenazas y bullying para controlar a la oposición, a su partidarios y a los perdedores.

Y este enfrentamiento solo se agravará con el desmantelamiento del Instituto Federal Electoral. En lugar de usar el INE como instrumento para ayudar a controlar y reducir los conflictos en el proceso de selección, López Obrador decidió destruir la autoridad electoral pensando seguramente que esto le daba más poder y control en la selección de candidatos.

Sucederá todo lo contrario. Mas allá de la constitucionalidad o no de la reforma al INE y la ley electoral, el daño ya está hecho. Los resultados de las elecciones en 2023 y 2024 no solo serán cuestionados, lo más grave es que no serán respetados ni por la oposición, ni por Morena. Y tendrá poca importancia lo que defina el INE y el Tribunal Electoral porque no serán respetadas. Para los candidatos que no respeten los resultados, tendrá que ser el Ejército y la violencia política que defina los ganadores.

El profesor Timothy Snyder en su libro Sobre tiranía subraya la importancia de defender las instituciones de los tiranos: “Las instituciones no se protegen a sí mismas. Caen una tras otra a menos que cada una de ellas sea defendida desde el principio.” Y por eso la tragedia del INE, porque mas allá de que se perdió orden y credibilidad para futuras elecciones, López Obrador prefiere promover una crisis de gobernabilidad pensando que esto asegurará su legado asegurando control político a Morena.

Así como lo tuvo el PRI por décadas. La diferencia es que el PRI amenazo y uso violencia, pero también negoció y creó consensos con actores políticos y de poder. López Obrador cree que Morena será el partido único gracias la destrucción del INE y la imposición de los resultados electorales. El Profesor Synder también advierte contra las intenciones de los tiranos sobre esto: “Los partidos que rehicieron estados y eliminaron a sus rivales no fueron omnipotentes desde el principio. Se aprovecharon de un momento histórico para hacerles la vida imposible a sus adversarios.” Por eso la importancia de apoyar un sistema multipartidistas nos recuerda Synder.

La guerra dentro de Morena y la debilidad del presidente sobre su partido, para muchos podría interpretarse como buenas noticias y oportunidades políticas. La ingobernabilidad que resulte es mala para México y no necesariamente resultará en más éxitos electorales. El enfoque tiene que ser en buscar candidatos y hacer campañas que respondan a las necesidades de los ciudadanos y del país. No apostar a la destrucción de Morena -esto sucederá y será catastrófico para México.

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