Análisis sin Fronteras

AMLO, come y se va

Con suerte, lo que quedará plasmado de la reunión entre López Obrador y Trump será una fotografía de ambos presidentes sentados, con una sonrisa incómoda.

En el mejor de los casos, la reunión de esta semana entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y su homólogo estadounidense, Donald Trump, será olvidado 48 horas después de la cena en la Casa Blanca. Con suerte, lo que quedará plasmado en la memoria de los ciudadanos en ambos países será una fotografía de ambos presidentes, sentados con una sonrisa incómoda.

Hay muchísimas posibilidades de que esta reunión desaparezca en el olvido, ya que los medios de comunicación en Estados Unidos estarán más enfocados a informar, hora a hora, estratos escandalosos del libro publicado por la sobrina del mismo Donald Trump titulado Demasiado y nunca suficiente: Cómo mi familia engendró al hombre más peligroso del mundo. Con ese título y con lo poco que se ha filtrado del libro, casi se garantiza que a partir del jueves nadie estará conversando sobre la reunión entre los presidentes, por lo menos en Estados Unidos.

De hecho, no debería de sorprender si uno considera cómo se comporta el presidente Trump cuando está acorralado por algún escándalo y busca desviar la atención mediática con decisiones aún más escandalosas, como amenazando con una guerra o romper relaciones bilaterales con China. La decisión de retirar a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud esta semana, además de hacer un llamado de que todos los colegios deben iniciar clases en septiembre, podrían ser parte de una estrategia de buscar desviar la atención del libro de su sobrina Mary Trump.

Pero eso no significa que el equipo de Andrés Manuel López Obrador deba bajar la guardia al tomar el vuelo de regreso México. De hecho, más que los resultados y acuerdos reales que se obtengan de esta reunión, mucho más importante será el control del mensaje de los resultados del encuentro entre los presidentes.

Y ahí sí, serán muy importantes las "benditas redes sociales". Trump es radioactivo, el que se le acerca eventualmente sale quemado. Además, si la historia nos sirve de referencia, lo primero que hizo Trump después de su reunión con el entonces presidente Enrique Peña Nieto, fue traicionarlo, pese a que le ofreció todas la pleitesías como candidato. No hay ninguna razón para pensar que no haría algo similar al presidente López Obrador. Por eso, será fundamental que el equipo de comunicación del presidente empiece a plasmar los 'acuerdos' de la reunión, ya sea cierto o no. Porque no hay duda alguna de que el presidente Trump usará su cuenta de Twitter para asegurar que él construirá el muro para detener la migración ilegal y el Covid-19, que México pagó el muro virtual con la Guardia Nacional (y esto continuará si es reelecto presidente), además de que gracias al T-MEC se regresarán de México los empleos perdidos por los estadounidenses (aunque esto no sea cierto).

Tendrá Andrés Manuel López Obrador que ganarle la guerra de las redes sociales al indudable campeón tuitero de Trump. Y sí, el gobierno de México tendrá que estar dispuesto a contradecir públicamente a Trump, aunque sea solamente en las redes.

Seguramente uno de los temas que se abordará en la agenda 'no pública' será la preocupación de empresas estadounidenses de cómo la 4T está cambiando las 'reglas del juego' (como lo comentó el embajador Cristopher Landau), obviamente este mensaje también será aplaudido por los empresarios mexicanos. Interesante que este mensaje tenga que venir del presidente de Estados Unidos. Tal vez Andrés Manuel sí escuche a Trump.

Y aunque se ha criticado la decisión del presidente de México de no reunirse con representantes demócratas y la comunidad migrante durante su visita, esta falla puede resolverse fácilmente: hacer contacto con representantes de las comunidades migrantes, con legisladores demócratas y hasta con el mismo candidato Joe Biden, una vez que el presidente López Obrador regrese a México para explicar qué fue lo que se discutió y se acordó con el controvertido Trump.

Entre los otros temas que podría insistir en discutir el presidente Trump, por ser posibles asuntos electorales, serían un cambio de régimen en Venezuela, el tráfico de fentalino de México a EU, médicos cubanos, futuros votos en el Consejo de Seguridad, fortalecimiento de los procesos de seguridad en la frontera para continuar deteniendo migrantes que busquen ingresar a Estados Unidos.

Por qué la necedad de llevar a cabo esta visita presidencial, faltando 117 días para las elecciones en Estados Unidos, tal vez nunca lo sepamos. Pero, también si la historia nos sirve de referencia, pronto sabremos si esto fortalece al canciller Marcelo Ebrard y sus ambiciones políticas rumbo a 2024, o si será su Waterloo.

Consulta más columnas en nuestra versión impresa, la cual puedes desplegar dando clic aquí

COLUMNAS ANTERIORES

Semanas claves antes de la tormenta perfecta
Los van a demandar y tendrán que responder

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.