Análisis sin Fronteras

La pandemia que viene

No se trata de si habrá o no una pandemia que afecte la vida de miles, tal vez millones de personas. Es un hecho de que sucederá. La pregunta es :¿los gobiernos están preparados?

En unos días, tal vez en las siguientes horas, sabremos qué tan grave es la nueva pandemia que parece que está infectando en una forma asombrosa alrededor del mundo. Al cierre de esta columna se reportaba por lo menos un enfermo claramente identificado en Estados Unidos. Además de China, ya se identificaron brotes en Japón, Tailandia y Corea del Sur. Aeropuertos alrededor del mundo, incluyendo aquí en México, ya están implementando protocolos para vuelos que provienen en su mayoría de China, para identificar posibles pasajeros enfermos.

Se habla de que la enfermedad tiene características muy similares que el SARS, que se originó en China en 2003 y se propagó alrededor del mundo. Y aunque la mortandad del SARS era de un 10 por ciento de los contagiados, el impacto de la pandemia fue catastrófico para las economías y el comercio mundial.

El nuevo brote se está identificando como #SARS2 en las redes sociales. Algunos expertos ya han opinado que, aunque contagioso, este nuevo coronavirus no necesariamente es peligroso.

Recemos que tengan razón.

Porque no es claro que México tendría la capacidad de enfrentar una pandemia de alguna enfermedad peligrosa. La pregunta es si ante el 'desmantelamiento' de las instituciones de salud y de los aparatos de seguridad, además de la debilidad que presenta la economía mexicana, ¿podrá México enfrentar alguna enfermedad menos peligrosa?

En la cuarta transformación, en términos generales, no han tenido que enfrentar una verdadera crisis, donde los errores y omisiones se traducen en muertes, ingobernabilidad y reducción dramática de la calidad de vida de los mexicanos.

Y esperemos que estén preparados.

Los líderes que han enfrentado con efectividad y han podido mitigar los efectos de una crisis de seguridad nacional, tienen características especiales. Y sí, les ofrezco una disculpa estimados lectores, de retomar algunos análisis que publiqué en el libro Manual de liderazgo para no ser un líder jurásico, y en varias columnas a través de los años. Y es que, sin importar si el presidente es panista, priista o morenista, todos inevitablemente enfrentan una gran crisis que puede hacer tambalear su gobierno y la implementación de sus prioridades en políticas públicas.

Les comparto unas citas del presidente Barack Obama que fueron publicadas en una edición especial de la revista US News and World Report, de noviembre de 2009.

Le preguntan al presidente Barack Obama cómo difiere la toma de decisiones en condiciones de crisis. Él responde diciendo "se debe de ser capaz de poner a un equipo funcional con las mejores personas; insistir en el rigor analítico en la evaluación de la naturaleza de los problemas; asegurarnos que las voces que disienten sean escuchadas y que las opciones se exploran adecuadamente; tener capacidad de tomar decisiones después de analizar todas las opciones y el insistir en una excelente ejecución, así como en una retroalimentación oportuna, de tal manera que si se tiene que corregir el rumbo estés en capacidad de hacerlo; el tener la capacidad de mantener la calma y el rumbo cuando lo que está en juego es crucial."

Aunque el entonces presidente Obama hablaba de un estilo de liderazgo en crisis que también buscaba mantener por lo menos una semblanza de civilidad y democracia, aun cuando la situación se prestaba para ejercer un liderazgo autoritario.

Pero ser autoritario no necesariamente es el estilo apropiado para enfrentar una catástrofe o crisis.

Les dejo un decálogo que desarrollé a través de los años. Ustedes decidan si este gobierno está listo o no para enfrentar la primera crisis que podría estar tocando la puerta:

1. En momentos de crisis es importante rodearse de asesores extraordinarios, capaces de disentir.

2. Desarrollar el instinto para reconocer los errores de los asesores y de los expertos.

3. Anticipar las eventualidades y no solo reaccionar.

4. Mantener la calma.

5. Tener capacidad de concentración extra.

6. Entender la situación lo más rápidamente que se pueda.

7. Tomar decisiones para enfrentar el problema.

8. Implementar rápidamente estas decisiones.

9. Comunicar efectivamente a todos los involucrados.

10. Manejo adecuado de nuestras emociones

Seamos claros: desde el 2000 la mayoría de los expertos aseguran que no es cuestión de si habrá o no una pandemia peligrosa que afecte la vida de miles, tal vez millones de personas. Sucederá.

La pregunta es ¿cuándo? Y si los gobiernos estaremos preparados.

COLUMNAS ANTERIORES

Lo acusaron con el rey
Amenaza existencial

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.